Juan Carlos Aguilar, durante la tercera sesión del juicio.

Los forenses determinan que el falso shaolín diseccionó a Yenny "con pericia"

También determinan que Ada murió estrangulada tras recibir diversos golpes, por lo que el abogado de su familia ve probado que Aguilar "se ensañó" con ella, un agravante que el fiscal no ha contemplado en su petición de culpabilidad

AGENCIAS

Martes, 21 de abril 2015, 11:49

Los forenses han determinado que la causa de la muerte de Maureen Ada Otuya fue asfixia por estrangulamiento y que el cuerpo de Yenny Sofía Rebollo fue diseccionado, ya sin vida, con pericia. Ambas mujeres presentaban contusiones y lesiones.

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La tercera sesión del juicio contra ... Juan Carlos Aguilar, acusado del asesinato con alevosía de ambas mujeres, que hoy se celebró en la Audiencia de Bizkaia ha estado dedicada a la prueba pericial con la declaración de los forenses encargados del caso. El primero en intervenir fue el forense que vio a Ada Otuya todavía con vida en el hospital, donde ya presentaba lesiones propias de haber sido golpeada y de haber recibido al menos un 'patadón' en la cara, así como signos propios de asfixia, como equimosis subconjuntival (sangre en la parte blanca del ojo).

La mujer falleció tras pasar tres días en el hospital sin recuperar la consciencia. Los forenses que le practicaron la autopsia, y que hoy también testificaron ante el tribunal del jurado, concluyen que falleció por asfixia y que presentaba lesiones en cabeza e hígado.

A preguntas del jurado sobre si sufrió más de lo necesario, no en vano su abogado acusa a Aguilar también de ensañamiento, el primero de los expertos señaló que "si refiere a que se actuó con ella de manera deliberada, inhumana, con un sufrimiento excesivo, pues no". En su opinión, cualquier persona que quiera inmovilizar a otra en una pelea la tiene que "meter miedo y para inmovilizarle" y la "tendrá que pegar y aquí las contusiones eran de la estaba pegando".

Sobre las lesiones en el cuello, explicó que para asfixiar a una persona con un lazo "cuesta y si la persona es fuerte como era la fallecida, pues cuesta", aunque también es verdad que el acusado "se dedica al kárate y cosas de esas y sabe inmovilizar mejor que otras personas, que para esa persona resultaría fácil inmovilizarla". Por su parte, los forenses que practicaron su autopsia confirmaron que la única causa de la muerte fue la asfixia y que si hubiera sido golpeada salvaje y repetidamente 'habría que esperar bastantes más lesiones que las que vemos, incluso de mayor entidad que las que vemos'.

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Una sierra y un hacha

En cuanto a los restos de Yenny Rebollo encontrados en distintas bolsas de basura en el gimnasio y en el domicilio del falso shaolín, los forenses precisaron que las lesiones que presentaban fueron "causadas en vida" y que fue diseccionada, ya muerta, por alguien con conocimientos y tiempo. Para ello se tuvo que utilizar, además, una sierra y un hacha. Sin embargo, no han pedido determinar la causa de la muerte, más allá de las contusiones o traumatismos que aparecen.

Juan Carlos Aguilar siguió este nueva sesión del juicio con la misma actitud imperturbable que le ha caracterizado desde el inicio de la vista oral, sin que los detalles y precisiones sobre lo que les paso a sus víctimas le hayan alterado lo más mínimo. La sesión finalizó con la declaración de los dos peritos de la Ertzaintza que analizaron y sacaron el contenido de su máquina de fotos, en las que aparece con Yenny Rebollo en distintas posiciones, algunas de índole sexual. En todo caso, mañana está prevista la sesión documental con el visionado de distintas fotografías y videos.

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José Miguel Fernández López de Uralde, abogado de la familia de Ada Otuya, ha asegurado que mantendrá "el cien por cien" de su calificación inicial de 25 años de prisión contra Juan Carlos Aguilar porque la prueba practicada en el juicio "acredita" el ensañamiento. Por su parte, el letrado de los familiares de Yenny Rebollo, la otra víctima mortal del falso shaolín, ha asegurado que Aguilar pudo repetir con la víctima el "patrón" usado con Ada Otuya.

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