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Antonio Montilla
Martes, 25 de marzo 2014, 17:08
Adolfo Suárez descansa ya, junto a su esposa, Amparo Illana, en la catedral de Ávila. El cuerpo del expresidente ha recibido sepultura en el claustro de la catedral de El Salvador, a escasos diez metros de donde está sepultado quien fuera presidente del Gobierno en ... el exilio durante la II República, Claudio Sánchez Albornoz.
Una vez finalizado el funeral que ha sido oficiado por el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, el féretro de Suárez ha sido trasladado al claustro, donde sólo han acudido los familiares del expresidente para el entierro.
"Causó admiración en el mundo entero". Así ha glosado García Burillo la figura de Adolfo Suárez, durante la homilía que ha celebrado en el funeral en honor del expresidente del Gobierno. "Nunca tuvo apego a ningún objeto material", ha remachado.
Ha contado algunas anécdotas de un joven Suárez, recién llegado a la capital desde Cebreros, su pueblo natal. "Hay que renovar la Acción Católica", le llegó a espetar al obispo de la época, en un gesto sin parangón hasta entonces. Lejos de castigarlo, el prelado, enterrado en la misma catedral, le nombró presidente de este movimiento católico. "Supo escuchar desde muy joven y ya entonces demostró una capacidad ilimitada para afrontar problemas con serenidad", ha constatado.
García Burillo, asimismo, ha enfatizado que Suárez inauguró un nueva forma de hacer política en España, "sin rencor y sin revancha". Ha ponderado sus fuertes convicciones cristianas y su respetó por las posiciones políticas contrarias. "Trabajó sin cesar por el entendimiento entre españoles", ha sentenciado.
El cortejo fúnebre, tras llegar a Ávila procedente de Madrid, ha sido trasladado a la Academia de Policía, donde recibió las máximos honores. El vehículo con los restos mortales de Adolfo Suárez ha llegado sobre las dos de la tarde a la puerta principal de la catedral desde el arco del Paseo de la Harina, momento en el que los miles de abulenses que se encontraban en la calle han comenzado a aplaudir. El cortejo ha sido recibido por Mariano Rajoy y por el presidente de Castilla-León, Juan Vicente Herrera, y el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto. Los tres han aguardado en la puerta del templo hasta la llegada del féretro.
Pese a que las puertas de la catedral no se han abierto hasta las doce de la mañana, desde cuatro horas antes decenas de vecinos de Cebreros, localidad donde nació Adolfo Suárez hace 81 años, cogían sitio para no quedarse sin sitio, pese a que el termómetro marcaba una gélida temperatura de un grado.
El Obispado de Ávila ha querido puntualizar que Suárez y su esposa han sido enterrados dentro de la catedral, pero fuera del templo, para no contravenir las indicaciones del Concilio Vaticano II de no enterrar dentro de la iglesia a personas que ni fueran obispos o sacerdotes. La tumba donde descansarán eternamente los restos del primer presidente de la democracia se encuentra en el claustro, que forma parte del complejo catedralicio. Suárez sí cumplía los dos requisitos indispensables para ello: ser natural de Ávila y procesar la fe católica.
Despedida en Madrid
Salvas militares y 'vivas' del pueblo para dar el último adiós a Adolfo Suárez. Madrid ha despedido con máximos honores al primer presidente de la democracia. El cortejo fúnebre ha desfilado desde el Congreso de los Diputados, donde se había instalado la capilla ardiente ayer a primera hora de la mañana, hasta la plaza de Cibeles, en un recorrido en el que los silencios de respeto se alternaban con los aplausos y un grito unánime: "Gracias, presidente".
El féretro, que ha salido por la Puerta de los Leones cubierto por la bandera de España, ha sido portado en un armón militar tirado por cuatro caballos y ha estado acompañado en todo momento por los hijos, nietos y demás allegados del presidente centrista. Detrás, las autoridades presentes en el acto, encabezadas por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y los presidentes del Congreso y del Senado, Jesús Posada y Pío García-Escudero. También han asistido los miembros de las Mesas del Congreso y del Senado; varios ministros del Gobierno; los presidentes de Castilla-La Mancha, Aragón, Galicia, Madrid, Extremadura y Andalucía; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella; líderes de los principales partidos políticos, diputados y representantes del poder judicial.
El silencio respetuoso acompañó los primeros pasos del cortejo, escoltado por militares del Ejército de Tierra, pero al acercarse a la Plaza de Neptuno, donde estaba congregado el público, los ciudadanos han arrancado en aplausos y vivas a Suárez . "El mejor presidente", se ha escuchado. También ha habido reproches para los políticos actuales: "Aprended de Suárez", "Suárez más honrado que vosotros" o "Tomad ejemplo", criticaban.
Al terminar el recorrido en la plaza de Cibeles, las miles de personas allí congregadas han escuchado el toque de oración que ha precedido a una descarga de fusilería realizada por el Ejército de Tierra, que ha desfilado brevemente delante del féretro. Al término de los honores militares, el ataúd con los restos mortales ha sido transportado en un coche fúnebre hasta Ávila, donde se celebrará un funeral previo a su entierro en la catedral.
24 horas para el pueblo
La capilla ardiente ubicada en el Congreso ha cerrado a las 10.00 horas, después de casi veinticuatro horas que han servido para que ciudadanos, políticos y representantes de las más altas institiciones del Estado hayan rendido tributo a quien fuera uno de los grandes artífices de la Transición. La noche ha sido larga, muy larga, para los miles de ciudadanos que quisieron honrar los restos mortales de Adolfo Suárez. Una cola interminable, un goteo incesante de personas de toda condición y edad, para despedir al primer presidente de la democracia, al padre de la Transición. La capilla ardiente del expresidente se cerraba de madrugada a las 2.18 horas por expreso deseo de la familia, que también decidía reabrir a las 07.00 horas de este martes, una hora antes de lo previsto, puesto que ya había gente esperando para entrar.
Más de 30.000 personas han pasado ante el féretro de Suárez. Casi 24 horas de despedida pública, de recuerdo a un hombre que deja una huella imborrable. Algunos de los que acudieron a despedirle bajaban la cabeza, otros se santiaguaban, se emocionaban y escudriñaban caras conocidas entre la zona de autoridades al pasar por delante del féretro de Suárez. Frente a él se reunían sus familiares y políticos en un velatorio que se ha prolongado toda la noche.
"Este hombre ha significado mucho"
Los ciudadanos también mostraban a su modo su pesar por la muerte del exmandatario. Nada más salir de la capilla, a Charo se le llenaban los ojos de lágrimas, "para mí este hombre ha significado mucho" aseguraba mientras bajaba las escaleras del Congreso. Como ella, miles de personas caminaban fugaces frente al féretro después de pasar hasta cuatro horas de espera, cada vez más corta gracias a la labor de los trabajadores de la Cámara Baja que consiguieron acelerar el trayecto.
Muchos se despedían de los compañeros de cola, con quienes compartieron horas de charla, frío y viento y entre quienes surgió una espontánea amistad. Entre las caras de tristeza y emoción se adivinaban algunas de cansancio, sobre todo la de los niños, que hundían la cabeza en el abrigo de sus padres esperando a que llegase la hora de irse a la cama.
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