Urgente Grandes retenciones en La Avanzada, el Txorierri y Malmasín por varios accidentes
El suceso se ha producido de madrugada en la calle Ronda. Luis Ángel Gómez

Un policía dispara a un hombre que le amenazó con un hacha tras abusar de una mujer

El detenido fue trasladado a Cruces herido en una pierna y se le acusa de agresión sexual y atentado contra la autoridad

Viernes, 2 de agosto 2024, 10:25

Un policía municipal de Bilbao disparó este viernes contra un hombre que amenazó a varios agentes con un hacha tras haber abusado sexualmente de una mujer, a la que mantenía retenida. Los hechos sucedieron sobre las 5.30 horas en una lonja de la calle ... Ronda del Casco Viejo. El varón fue trasladado al hospital de Cruces con una herida en la parte superior de la pierna, junto a la cadera. Su estado no reviste gravedad. Fue detenido, acusado de un delito de agresión sexual y otro de atentado contra agentes de la autoridad. De origen español, se trata de un viejo conocido de la Policía y cuenta con un amplio historial por todo tipo de denuncias: robos con fuerza, riñas, tráfico de drogas... Tiene una orden de alejamiento respecto a otro hombre.

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El arrestado y la víctima se conocían, según confirman fuentes policiales. Ambos se encontraban en el local, ubicado entre los números 5 y 7 de Ronda. Se trata de una lonja que comparte edificio con unas viviendas, que disponen de su propia entrada por la calle Somera. Ocupa una entreplanta y es el domicilio del detenido. Al menos otras dos personas residen en el inmueble. Tanto los vecinos como la Policía aseguran que es un punto habitual del trapicheo de drogas en el barrio.

Agresor y víctima estaban en el local de madrugada. Según el relato policial, él le propuso mantener relaciones sexuales y ella se negó. En ese momento, el atacante se abalanzó sobre la mujer, la tiró al suelo y abusó de ella. La víctima comenzó a gritar pidiendo auxilio. Los vecinos dieron la voz de alarma. Testigos presenciales del incidente relataron a este periódico que un hombre se acercó al local y aporreó la puerta durante un rato, sin lograr entrar. La mujer continuaba solicitando socorro.

Fue entonces, en torno a las 5.30 horas, cuando llegaron dos patrullas de la Policía Municipal, cuatro agentes en total. A través de una rendija de la puerta, los uniformados comprobaron que el hombre blandía un hacha y que abusaba de la mujer, que lloraba y no dejaba de gritar. Los policías decidieron entrar por la fuerza con un ariete con el que consiguieron reventar la puerta.

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A continuación se vivieron los momentos de máxima tensión. Un vídeo captado por un vecino muestra a los agentes exhortando al agresor a dejar el arma. «¡Tira el hacha, tira el hacha, tira el hacha!», ordenan, una y otra vez. Pocos segundos después, los agentes acceden al interior y salen de nuevo con la mujer, que se agarra a uno de ellos, y la ponen a salvo.

Los uniformados proceden entonces a reducir al individuo, cuyos gritos resultan ininteligibles, dentro del local. En la secuencia sí se escucha a los policías ordenándole que se tire al suelo. Según la versión oficial, el agresor se abalanzó con el hacha sobre los agentes y uno de ellos decidió abrir fuego al ver amenazada su propia integridad y la de sus compañeros. La bala dio en la pierna del atacante. Una vez en el suelo, los agentes taponaron la herida para contener la hemorragia. Una ambulancia trasladó al herido a Cruces bajo custodia policial.

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Precedentes con pistolas

Por su parte, la víctima fue desplazada a la comisaría de Miribilla, donde se le tomó declaración, y posteriormente a Basurto. Allí los facultativos le realizaron una exploración, como parte del protocolo que se inicia ante una posible agresión sexual. Los agentes que participaron en el operativo comparecieron a primera hora ante la Policía autonómica, que se hizo cargo de la investigación.

No es la única actuación policial que se salda con disparos por parte de un uniformado. El pasado mes de marzo, un agente de la Policía Municipal de Barakaldo abrió fuego contra un indigente que le atacó con un cuchillo cuando la patrulla trataba de desalojar un túnel tapiado. El varón sufrió heridas de gravedad. Otro sin hogar resultó herido en el incidente.

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Estos episodios reabren el debate sobre la táser, la pistola eléctrica, como herramienta intermedia entre la de fuego y la porra. En medios policiales se defiende el uso de este arma no letal para intervenciones con personas violentas, especialmente si exhiben armas blancas. Localidades como Sestao y Santurtzi han dotado en los últimos años a sus plantillas de la Policía Municipal con táser, al igual que algunas unidades de la Ertzaintza como los PRI e Intervención.

Estado en el que se encontraba el acceso a la lonja este viernes por la mañana. Luis Ángel Gómez

«En esa lonja entra y sale gente con muy mala pinta»

El suceso conmocionó al barrio del Casco Viejo bilbaíno. Los curiosos se acercaban hasta la puerta de la lonja, que fue apuntalada por un cerrajero a media mañana y constituyó un punto de encuentro para las cámaras de televisión a lo largo de toda la jornada.

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Según contaban los vecinos de la zona, el de no es el primer incidente relacionado con el local en cuestión, ubicado en un bajo de la calle Ronda pero que forma parte de un edificio de viviendas que tienen, a su vez, la entrada en Somera. De hecho, varios residentes consultados por este periódico recuerdan una actuación policial reciente, hace apenas unos meses, en la misma ubicación. Al menos tres personas viven de alquiler en el local, que es un antiguo comercio. Vecinos del inmueble aseguran que «dan problemas» y que deben dinero a la comunidad.

Ninguno quiso identificarse, pero muchos hablaban abiertamente de que el bajo es un sitio donde se «trapichea con droga». «Entra y sale gente con muy mala pinta», explicaban distintos consultados. «Es mejor mantenerse lejos», afirmaban. En los bares también apuntaban que los inquilinos han protagonizado incidentes violentos y discusiones en los últimos tiempos.

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En las calles del Casco Viejo no se hablaba de otra cosa. Hay quien asegura que era cuestión de tiempo que un incidente así tuviera lugar. Otros vecinos, por su parte, lamentaban el daño que provocan estos sucesos en la imagen del barrio. Hace unos meses, colectivos vecinales culparon a los okupas de unos pisos municipales de una oleada de robos. Este goteo de incidentes preocupan a algunos residentes, que consideran que no hacen justicia a un barrio «vibrante» y «con mucha vida», orgulloso de su tejido asociativo y comercial y gran foco de atracción de los turistas que copan estos días sus calles.

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