La discoteca Moma se ubica en la céntrica calle Rodríguez Arias, en Bilbao. Manu Cecilio

«No poder dormir durante cuatro noches a la semana es un suplicio»

Vecinos de la calle Rodríguez Arias denuncian continuos altercados y piden al Ayuntamiento bilbaíno que cierre la sala

A. H.

Martes, 28 de noviembre 2023, 00:59

Los vecinos de la calle Rodríguez Arias, en pleno centro de Bilbao, llevan dos años y medio sufriendo «continuos altercados» y denunciando los ruidos y ... la inseguridad ante el Ayuntamiento de Bilbao. Es el tiempo desde que abrió la discoteca Moma, una de las que tiene más éxito de público de la ciudad. Para ellos, la reyerta del pasado domingo no es nueva. «Como lo que se ve en el vídeo lo vivimos todas las noches».

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Según explica una de sus portavoces, que prefiere mantenerse en el anonimato para no exponer a su familia, el local no estaba inicialmente diseñado para la actividad de ocio nocturno que ahora acoge, por lo que se generan problemas de sonoridad. De hecho, tiene «16 expedientes abiertos por exceso de ruido». Un técnico municipal evalúa las denuncias y sanciona a la sala. «Pero lo hace en el mes de agosto, lo que no tiene ninguna repercusión para ellos», se queja.

Tapones personalizados

Mientras, los residentes «enferman». «No poder dormir, descansar durante cuatro noches a la semana es un suplicio», apunta la afectada. «Ni los tapones personalizados sirven porque se escucha todo». Los días con más movimiento son los jueves, viernes y sábados por la noche, pero también las vísperas de festivos o cuando se celebra algún evento especial.

El alboroto comienza a las once y media de la noche «con colas y botellón en la entrada, que afectan a un portal, donde lo dejan todo por el medio». Y se prolonga «hasta las siete de la mañana». La discoteca cierra a las seis y media, pero «hasta que desalojan no se va nadie a casa». «Y ahí, cuando van cargados de copas es cuando más surgen las movidas. Ahí oyes de todo, chillidos, gritos, peleas con sangre...». A lo largo de la noche también se escucha jaleo, «porque por temas de aforo les van sacando a la calle, o salen a fumar o a orinar».

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Lo más sangrante para ellos es que en ocasiones cuando van a llamar a la Policía para que acuda porque hay una refriega, «resulta que hay un coche patrulla ya». El Consistorio intentó la vía de la mediación, pero sin resultados. Los afectados reclaman «más protección» y el «cierre» de la discoteca «por inseguridad y por el sufrimiento de los vecinos».

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