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La dirección vasca de Podemos fue consciente del presunto acoso laboral sufrido por su juntera Asun Merinero «cuando ella presentó el viernes pasado un escrito de amparo dirigido a la Mesa de las Juntas Generales». Esa es la versión que mantuvo ayer Andeka ... Larrea, secretario de Comunicación de Podemos en Euskadi. Larrea admitió el «mal ambiente» que se respiraba en el grupo juntero «desde el inicio de la legislatura» y «diversas peticiones de mediación» dirigidas a la cúpula del partido. En ese sentido, destacó «las gestiones que hemos realizado para paliar esa situación». Entre otras, facilitar a Asun Merinero que trabajara en la sede bilbaína de la formación y que acudiera a la Cámara solamente para asistir a comisiones y plenos. «Hemos trabajado mucho para resolver problemas de coordinación y de trabajo interno en el grupo. Siempre que nuestra compañera Merinero ha acudido a la dirección ha encontrado soluciones a sus problemas. Siempre hemos tenido la puerta abierta ante cualquier problema político o de convivencia».
Larrea se mostró «preocupado» por «la gravedad de la denuncia» que «estamos analizando» pero abogó por «esperar, por respeto institucional a la decisión que adopte la Mesa de las Juntas, que es a quien Merinero se ha dirigido en su escrito». Y añadió que «también entenderemos que las compañeras aludidas en ese escrito puedan ejercer las acciones que consideren oportunas porque las acusaciones son graves». Merinero acusó «a parte del grupo juntero de acosar, coaccionar, hostigar y represaliar a una apoderada ocasionando daños a su honor», motivo por el que prepara una denuncia por lo penal. Las Juntas encargaron ayer un informe a sus servicios jurídicos sobre la petición de amparo. Al ser un delito, todo apunta a que remitirán a los tribunales.
En la dirección de Podemos preocupa que «el gran trabajo político de nuestro grupo juntero» quede empañado «a dos semanas del final del mandato». Las relaciones son tan gélidas que ni siquiera han intercambiado una llamada al aflorar la crisis. «No podemos llamar a trabajadoras de baja», aseguraron ayer fuentes próximas a la dirección, que insistieron en que «nuestra puerta sigue abierta». Preguntado el dirigente de Podemos sobre las declaraciones de otra juntera, Elsa Pamparacuatro, a este diario en las que aseguró haber sufrido un «acoso muy similar» en el seno de su grupo, eludió «hacer valoraciones más allá del respeto por el sufrimiento de una compañera».
Larrea recalcó que Merinero «no nos trasladó una situación de acoso sino problemas de coordinación y de reparto de funciones». La juntera niega la mayor. «Comuniqué la situación de acoso no sólo a la dirección de Lander Martínez sino antes a la de Nagua Alba. Y envié a Macazaga todas mis bajas por ansiedad, además de un texto hace meses donde cuento lo que pasa. Y, por cierto, no he trabajado ni un día en la sede porque no había un sitio para mí. Lo hice en casa y en el despacho de Elsa». La propia Elsa Pamparacuatro, juntera del mismo grupo, destacó ayer que «yo también comuniqué el acoso y hablé con Lander Martínez cuando todavía ni era secretario general y después».
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