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Poco o nada bueno ha traído a Bilbao el fondo mexicano Atlas Holdings, que hace tres años compró el antiguo colegio San Pedro Apóstol y lo convirtió en el Scientia, ahora a punto de cerrar sus puertas. Lo único destacable podría ser su capacidad para ... poner de acuerdo a todos los partidos con representación en el Ayuntamiento y convertirse en el objetivo de sus furibundas críticas. Sin ambages, sin matices. Todas las formaciones han arremetido contra los responsables de la empresa, a los que han tildado de «especuladores», por su «nefasta» gestión, que ha llevado al Gobierno vasco a retirarles el concierto con Educación y a reubicar en otros centros a 218 alumnos y ha dejado sin trabajo a más de 30 empleados. «Se han cargado cien años de legado», ha resumido la concejala de Educación, la socialista Eider Bilbao. «Han arruinado un colegio, lo que supone un mal precedente», ha remachado el popular Esteban Goti, autor de la proposición que ha llevado al pleno del Consistorio la problemática de este centro educativo.
De haber estado presentes en la sesión, los responsables de Scientia habrían comprobado que son personas non gratas en la ciudad. Tras solidarizarse con los trabajadores afectados, para los que han reclamado una solución, los concejales han acusado a los gestores de haber buscado una víctima propiciatoria –en este caso «un centro en manos de tres religiosas mayores»– para «simplemente hacer un negocio». «Han cometido una serie de irregularidades y malas prácticas educativas y de gestión que han afectado al personal y a los alumnos y sus familias», ha detallado Goti.
«Han hundido el colegio», ha denunciado directamente Nerea Undabarrena (EH Bildu), quien ha puesto sobre la mesa el supuesto interés de Scientia de especular con el edificio y el terreno que ocupa el centro en su envidiable ubicación del Campo Volantín. Por ejemplo, para abrir un hotel «como ya ha ocurrido en Santutxu» en un caso similar.
Ana Viñals, portavoz de Elkarrekin Bilbao, también ha centrado sus palabras en el incierto «futuro» del complejo, situado en una parcela pública reservada a uso educativo. «No les han importado ni los alumnos ni la educación. Sólo han querido sacar el máximo beneficio económico posible».
La concejala de Educación ha querido cortar por lo sano cualquier opción y ha afirmado que «no está en duda» el uso que se le puede dar a la parcela. Es decir, educativo. Los grupos de la oposición han reclamado que esa afirmación quede recogida, por si acaso, por escrito.
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