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Lo que viene es una renovación radical de uno de los espacios más céntricos de Bilbao, la plaza del Ensanche. Y también de todo lo ... que hay debajo, el parking. En los próximos dos años y medio se va desarrollar una obra cuyo impacto sobre el entorno a futuro sólo va a ser comprable con el que tendrá el tajo durante su desarrollo. Lo que va a ocurrir es que, a partir de abril, se va a demoler el actual estacionamiento, de tres plantas y 351 plazas. Luego, se va a excavar dos plantas más, para llegar a cinco y 549 espacios para aparcar. Y sobre todo eso se creará una nueva plaza con más árboles, más zonas verdes y mucho más espacio para la gente.
Se verá esta plaza mucho más grande que la actual, tan desaprovechada y fallida, porque se va a peatonalizar la zona de la izquierda, cortando al tráfico la calle que ahora discurre frente al restaurante alemán; y también porque el acceso al parking ya no irá por el centro, cortando el espacio público, sino en los extremos. Se entrará por el oeste, donde está el centro de salud, en el inicio de la calle que pasará a ser peatonal; y la salida se hará en paralelo a Colón de Larreategui.
Todo esto, que supone cambios notables sobre el anteproyecto que se había manejado hasta ahora –sobre todo en lo relativo a los accesos al estacionamiento–, ha sido presentado esta mañana por la concejala de Movilidad y Sostenibilidad, Nora Abete. Lo que se pretende es «dotar al centro de la ciudad de un parking completamente renovado, con modernas instalaciones, y una plaza con más arbolado y espacio para el esparcimiento». Recordó, además, que una planta de la instalación será para residentes (ahora no hay espacios reservados para vecinos), «lo que compensará la eliminación de plazas de aparcamiento en el exterior, cuyo espacio se ganará para la peatonalización». Las concesiones a residentes se realizarán por sorteo y serán por un año renovable y de pago mensual. Es la fórmula que se ha usado en los últimos tiempos para dar salida a plazas municipales que, en lugares con poca demanda, no encontraban interesados porque pagar miles de euros por una concesión las hacía menos atractivas.
Lo que también ha hecho este martes Abete es avanzar el calendario de actuaciones que tanto inquieta a quienes tienen en este punto de Bilbao el escenario de sus rutinas. Este mismo mes de enero se van a llevar a cabo las inspecciones en viviendas, locales y edificios que se encuentran en el área de influencia de la obra para levantar actas que determinen su situación actual; el objetivo es tomar referencias en caso de que los trabajos generen algún tipo de afección (grietas, oscilaciones, etcétera).
Abril será el mes en el que se iniciarán los trabajos de señalización en calles y se producirá el cierre perimetral de la obra, porque se cortarán al tráfico los dos laterales de la plaza (el oeste se quedará peatonal, y el este se reabrirá cuando se termine el tajo). Ese mismo mes, abril, se cerrará al tráfico el parking y arrancarán las obras de demolición de la estructura actual; y en agosto se iniciarán las excavaciones para ganar dos plantas más. Luego llegará la construcción de la estructura y en otoño de 2025 la urbanización de la plaza que coronará el conjunto. Un año después, en otoño de 2026, se prevé finalizar las obras y abrir las nuevas instalaciones.
La empresa que ejecutará el trabajo (que costará más de 18 millones de euros) y luego explotará la instalación, las cuatro plantas de rotación, durante los próximos treinta años, es Viuda de Sainz.
En términos de espacio público el elemento más visible va a ser la nueva plaza del Ensanche, que ganará protagonismo y también árboles. Aunque en un principio el Ayuntamiento había informado de que el plan era «trasplantar los que están actualmente» y «añadir numerosos ejemplares más», fuentes municipales han matizado que los actuales buscarán acomodo en otras zonas y el nuevo espacio acogerá ejemplares también nuevos. Y en todo caso, de porte. No serán retoños que tarden décadas en crecer. A la hora de diseñar este entorno se ha realizado un «estudio bioclimático que incluye un análisis de soleamiento y estrategias para la reducción del efecto isla de calor y volumen de escorrentía». Lo que quiere decir esto es que se han estudiado las zonas donde da el sol en invierno y en verano, y en función de eso se ha diseñado el espacio: con un graderío junto al mercado para sentarse a tomar el sol en los meses fríos, y con una pérgola en la zona más próxima a Colón de Larreátegui para ponerse a la sombra en verano. Además, el trazado de los itinerarios se ha pensado siguiendo los movimientos peatonales lógicos. Es decir, todo el mundo tiende a llegar a su destino siguiendo una línea recta y por eso se ha evitado poner parterres o zonas verdes interfiriendo en los recorridos lógicos entre los puntos más transitados. Por eso el diseño de los jardines tiene esa forma tan orgánica. Y se ha decidido poner los árboles de más porte, junto a montículos en el terreno, también junto a Colón de Larreátegui para hacer de barrera protectora contra el ruido del tráfico.
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