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JOSÉ LUIS ONDOVILLA
Viernes, 11 de diciembre 2015, 01:07
La russula virescens es conocida en el País Vasco como gibelurdina o gibelurdiña, pero también ha sido bautizada con otros nombres como seta de cura, gorro verde, palometa... Es una seta relativamente poco apreciada fuera de Euskadi pese a ser un excelente comestible, siendo para ... muchos micólogos la mejor de las russulas, hasta por encima de la famosa russula cyanoxantha. Y es que la virencens tiene una consistencia muy particular y sabor a avellana que se acentúa al cocinarse, aunque también cruda es espectacular con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Eso sí, tiene el hándicap de agusanarse con facilidad. Nace en otoño y en primavera, localizándose ejemplares solitarios o formando pequeños grupos, principalmente en robledales, hayedos y castañares.
Características
Sombrero: de 5 a 15 centímetros de diámetro, al principio hemisférico, después plano-convexo y finalmente, cuando el ejemplar es adulto, deprimido, hundido en el centro. Es carnoso y muy sólido, de colores verde-amarillento, verde azulado, verde grisáceo o verde-cardenillo mate. La cutícula se caracteriza por ser finamente escamosa, con el color cuarteado, pero no la textura, y con manchas verdes sobre un fondo más claro, casi blanco. En los ejemplares más viejos los colores verdosos pasan a ser manchas pardo-amarillentas.
Laminas: muy apretadas, frágiles y libres. Su color varía del blanco, al blanco-cremoso, aunque algunas veces tienen manchas pardas o rojizas.
Pie: cilíndrico y robusto, aproximadamente de 3 a 8 centímetros de altura por 1 a 3 de diámetro. En los ejemplares jóvenes está lleno, mientras que en los viejos, es esponjoso y cavernoso. Su color es blanco.
Carne: Compacta y de color blanco. Su sabor es suave y recuerda al de las avellanas. Su olor es muy agradable.
Aficionados con escasos conocimientos tienden a confundir la russula virescens con la amanita phalloides, también conocida como oronja verde, que es mortal, pese a que son bastantes diferentes. De hecho, esta última tiene anillo y volva, al contrario que la gibelurdiñna. Y el verde del sombrero tampoco se parece, pero aún así se han dado confusiones que han provocado la muerte de varias personas en España. De hecho, un vecino de Vigo fallecía el pasado mes de octubre por equivocarse y consumir varios ejemplares de phalloides tras sufrir grandes daños en el hígado y los riñones. Curiosamente, su mujer también sufrió una intoxicación y tuvo que ser hospitalizada. Ella no consumió setas, pero sí utilizó para cocinar la misma sartén que empleó su marido para guisar las phalloides. Los médicos lograron salvarle la vida.
La virescens también puede confundirse con la russula cutefracta. También es comestible, pero menos robusta que la gibelurdina y con un cuarteado de la cutícula del sombrero fino y un color verde violáceo más uniforme. Hay otras confusiones posibles con russulas de sombrero verde: la russula olivacea, más grande y con un pie blanco con reflejos rosas o rojo-carmín y las láminas amarillentas, o la russula heterophylla, también comestible, pero de un verde distinto y sin cuartear... Lo dicho anteriormente en otros artículos: no correr riesgo alguno y recurrir siempre al consejo de un experto o de una asociación micológica si no se tienen las cosas claras, y menos si se pretende comer los ejemplares en compañía.
Pastel de gibelurdina, champis y espinacas
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Limpiamos y troceamos las gibelurdinas y los champiñones. Puede hacerse la receta con un solo tipo de setas. Tras cocinar los trocitos en una sartén unos 5 o 6 minutos con aceite, mezclamos las setas bien escurridas de aceite en un bol con las espinacas troceadas y los cuatro huevos bien batidos. Echamos sal y pimienta al gusto. Una vez que todos estos ingredientes están mezclados de la forma más homogénea posible, echamos la 'masa' en los moldes.
Necesitaremos tener el horno listo a unos 190 grados antes de introducir los moldes, que deberán hornearse unos 20 minutos. Finalmente, antes de servir el pastel, decóralo con mozzarella u otro queso a tu gusto. On egin!
¡Truco! Para que te quede como en la imagen, tienes que poner el champiñón en el fondo del molde, antes de echar la 'masa'. De esta forma, al sacar el pastel el champi quedará arriba.
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