![Viaje a los sabores del txakoli](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/pre2017/multimedia/noticias/201506/10/media/cortadas/txakoli--490x578.jpg)
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Jesús J. Hernández
Viernes, 12 de junio 2015, 00:47
Mientras los profesionales continúan el periodo de catas de la nueva cosecha, estos primeros días de sol de junio resultan perfectos para abrir un txakoli en cualquier terraza. Basta un sorbo para viajar al valle de Ayala, saborear Getaria y sobrevolar la costa vizcaína. Atisbar en la copa el rastro de los vientos marítimos o el rigor del sol. Tres lugares próximos y diferentes que dejan su firma en cada uno de sus vinos. Pero antes de descorchar la botella, hagamos un poco de historia.
El 29 de noviembre de 1520, una vecina de Renteria llamada María de Arranomendi denunció al regimiento de San Sebastián por los bienes entregados "para las gentes que acudieron en socorro de la villa por el ataque de los franceses". Mientras la mujer exigía "el pago por las pipas de txakoli y las cántaras de sidra" no podía saber que aquel documento se convertiría en la primera referencia escrita sobre este vino blanco. En franca progresión, Euskadi cuenta en la actualidad con tres denominaciones de origen: Arabako Txakolina (concentrado en torno al valle de Ayala), Getariako Txakolina (entre esa localidad guipuzcoana y Zarautz, por la costa, y más allá de Aia, por el interior) y Bizkaiko Txakolina, muy repartido por todo el territorio pero con presencia algo mayor en la costa.
La primera denominación fue la de Getaria (1989), seguida de Bizkaia (1994) y la más reciente es la de Álava (2001). Los tres sellos se observan de reojo entre sí a pesar de las grandes diferencias que presentan en calidad y cantidad. Gipuzkoa logró su mejor marca en la cosecha de 2014 y elabora ya 2.300.000 litros. Lo están embotellando todavía ya que una de las diferencias del txakoli, respecto de otros vinos, es que los productores lo mantienen en las cubas hasta que la demanda lo reclama. Es también una manera de alargar la vida de un caldo etiquetado siempre de "vino de año" y con una caducidad muy marcada, aunque muchas bodegas se han implicado en difuminar esa barrera. Gipuzkoa mantiene las características y la esencia del txakolí de antaño, un vino de aguja (con mucho carbónico), de graduación menor, y algo más ligero que los demás. El vizcaíno y el alavés "son más vínicos, con ninguna o muy poca aguja y una graduación algo mayor", características en parte debidas al empleo de espalderas, donde la uva recibe más horas de sol. Un par de ejemplos clásicos de Getaria son el Ameztoi y el Txomin Etxaniz.
En el otro extremo de la flamante producción guipuzcoana está la alavesa. Saldrán unas 415.000 botellas (385.000 litros). 2014 trajo un verano con sol pero con días bastantes fríos, lo que preocupó a los productores de Aiala hasta septiembre. Desde entonces, la meteorología ayudó y permitió recuperar un 46% de la producción de uva con respecto al año anterior, en que se había desplomado. El txakolí alavés que sale al mercado este año, con calificación 'muy buena', es "suave, con una acidez baja pero equilibrada y bien integrada, con bastante graduación, y con notas a manzana", según explican desde el consejo regulador. Uno de los más comercializados es el Xarmant, de Amurrio, y destaca el Beldui, de Llodio.
La cosecha de txakoli de Bizkaia en 2014 mejoró las cifras del ejercicio anterior, en que se quedó "muy corta". El volumen rondará los 1.570.000 litros y no fue aún mejor "por la sequía de septiembre". La calidad sí que ha satisfecho a los productores. Todo apunta que recibirá la calificación de 'excelente'."La uva estaba en su punto y está dejando un vino con más cuerpo, con notas de fruta madura y más complejo tanto en nariz como en boca", según explica Antón Txapartegi, uno de los responsables de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina. Uno de los más cotizados es el Itsasmendi -su número 7 es un auténtico clásico- y el Gorka Izagirre.
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