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Arco de Puentedey.

Las Merindades entre Valdeporres y Puentedey

Un recorrido por el arco natural del río nela, el balneario de Corconte y la iglesia de San Salvador de Escaño, el templo románico más antiguo de esta comarca del norte burgalés

Iñigo Muñoyerro

Viernes, 13 de mayo 2016, 00:35

Fernán González conde de Castilla y de Álava (910-970) repartió las tierras castellanas del norte de Burgos en Merindades: Valdivielso, Tobalina, Manzanedo, Valdeporres, Losa, Montija y Castilla la Vieja. Ahora son más. Fue una división vertebrada por ríos, valles y montañas que los siglos ... han respetado y que ocupa un bello y extenso territorio que el desigual despoblamiento ha vuelto aún más salvaje y encantador.

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Llegamos por Espinosa de los Monteros, que se agrupa al pie de los montes del Castro Valnera, techo de las Merindades. Hacia el Oeste está Sotoscueva y al otro lado, en la cuenca alta de los ríos Nela y Engaña, la Merindad de Valdeporres, integrada por una docena de pueblos más los tres que pertenecieron a la Junta de Puentedey.

Pedrosa-Santelices

Pedrosa-Santelices ocupa el centro de un valle entre los montes del Somo y los Canales del Dulla. Conoció la fiebre del tren. Pudo ser un importante nudo de comunicaciones que quedó frustrado por la paralización (1959) y posterior desmantelamiento de la línea Santander-Mediterráneo.

Cuando la carretera entra en Santelices deja a la derecha el cuartel de Guardia Civil. Macizo, para resistir un asedio del maquis. Ahora es casa particular. A la izquierda, pegados a las vías vemos los chalets de los ingenieros. Del mismo cruce sale (derecha) la carretera a Pedrosa, que termina en la estación y poblado abandonados de La Engaña. Frente al largo (6.976 m) e inútil túnel del mismo nombre.

Santelices es pueblo alargado con buenas casas. Cruza el río Nela, que nace en los manantiales de Busnela. Sus orillas están protegidas por una chopera crecida ideal para disfrutar del fresco. Junto al puente (letrero) la carretera sube hacia Cidad, Busnela y Ahedo.

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Cidad y Busnela

Merece la pena llegar a Cidad de Valdeporres encaramado en la ladera de La Maza de Bezana. Un pueblo pequeño donde descuella la torre de los Porres, gótica del siglo XV, ahora está hueca y desalmenada, pero que aún se mantiene en pie. Aquí nació Pedro Gómez de Porres, el capitán de las huestes castellanas que tomaron Baeza y Almería en tiempos del rey Alfonso (siglo XII). Excelentes vistas de Dosante, los bosques y las montañas de Paño y Dulla que cierran el horizonte por el sur.

Más arriba están los dólmenes de Busnela y Ahedo de las Pueblas. Y encima las tierras salpicadas de cabañas que fueron de los pasiegos, una cultura con la que Valdeporres ha estado vinculada. Ahora se han vaciado de habitantes y son de aprovechamiento forestal y ganadero.

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Balneario de Corconte

Volvemos al cruce de Santelices. Con tiempo es el momento de tirar carretera adelante y alcanzar el balneario de Corconte, en el límite de la Merindad de Valdebezana y de Burgos, a unos metros de Cantabria. La carretera pasa por san Martín de las Ollas y el desvío a Soncillo y tras cruzar la Nacional al puerto del Escudo llega al embalse del Ebro. Allí, en un páramo venteado junto a la carretera a reinosa se alza la Casa de Aguas Fue edificado en 1890 para aprovechar sus aguas poco mineralizadas ideales para el tratamiento de dolencias del riñón. El actual Gran Hotel Balneario fue inaugurado en 1922.

En los prados pastan manadas de caballos similares a los utilizados por los romanos en sus guerras cántabras. Un viejo cronista santanderino lo calificó como el 'lugar del tiempo detenido', y el médico y escritor Gregorio Marañón fue un entusiasta de la bondad de sus aguas.

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Por sus salones han pasado Alfonso XIII, Maura y todos los ministros anteriores a la Guerra Civil. Durante la contienda el conde Ciano, cuñado de Mussolini, asentó en sus salones el cuartel general. El balneario ha sido restaurado y renovado en varias ocasiones, pero conserva el empaque y el encanto de los edificios de inicios del siglo XX.

De vuelta a Valdeporres pasamos por Quintanaentello. Otro pueblo de carretera con una pequeña pero encantadora ermita románica sobre un altillo. También hay una casa rural (La Pradera).

El arco de Puentedey

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Una vez en Santelices seguimos la carretera paralela al curso del Nela que lleva a Villarcayo. Recorre un valle solitario y boscoso, con el paredón de Dulla a la izquierda. Un desvío sube a Villavés donde existió un eremitorio ya desaparecido. La iglesia de San Juan Evangelista conserva un tímpano semicircular con una inscripción del año 1159.

Y llegamos a Puentedey, un pueblo edificado sobre el gran arco natural sobre el Nela y una de las imágenes más conocidas de la provincia burgalesa. El enorme arco sobre el Nela fue atribuido por los antiguos pobladores a una obra divina, el puente de Dios. Una explicación al topónimo Puentedey que no está tan clara.

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Pueblo para aparcar y sacar fotos. Para pescar truchas y barbos. Para pasear por la chopera de la orilla del río y seguir los letreros del PR hacia el laberinto de los canales del Paño y Dulla. Cruzar bajo el arco y trepar hasta el alto. Arriba aguarda restaurado el palacio fortificado de los Fernández Brizuela, aliados de los Porres y los Velasco, condestables de Castilla y señores de Medina de Pomar. A unos menos metros está la iglesia de San Pelayo. Con elementos románicos como el esquemático tímpano de la lucha de un guerrero con una serpiente.

El Pozo del infierno de Valdebodres

Quintanilla Valdebodres es una preciosa aldea de la Merindad de Sotoscueva escondida en la entrada a un vallejo. Pueblo tranquilo y precioso, con excelentes casas y un arroyo (con lluvia) que atraviesa el casco urbano. En mitad del caserío y pegada a la peña brota la surgencia conocida como el Pozo del Infierno, porque la leyenda dice que Satanás tiene allí la entrada a su guarida.

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Es un manantial de agua pura y cristalina de más de cien metros de profundidad en su primer tramo. Movía la rueda de un molino, unos metros más abajo. Queda el edificio pero ya no funciona. Hay un gran panel informativo y letreros de PR y GR que nos guían hacia los desfiladeros del Dulla. De vuelta a Puentedey el viajero debería aparcar antes del casco urbano y seguir el sendero hasta la Cascada de la Mea. Es un paseo breve de 300 m entre quejigos y encinas. El barranco se estrecha conforme se llega a pie de roca donde el agua cae desde 30 m de altura.

Románico en Escaño

De Puentedey vamos a terminar la ruta turística en Villarcayo por la ruta que abandona los desfiladeros y entra en Cigüenza tras pasar por Tubilla, Escaduso, Escaño y Brizuela. Según el historiador Balparda la carretera actual cubre parte de la calzada romana que pasaba por Cigüenza y Villarcayo y bajaba a Mena.

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De camino paramos para visitar la iglesia románica de Escaño. Templo bajo la advocación de San Salvador. Esbelto, de líneas depuradas, en su fachada figura la inscripción año 1083, fecha que le hace ser el edifico románico más antiguo de las Merindades.

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