Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Fernando J. Pérez
Jueves, 29 de diciembre 2016, 16:50
Pese a lo que pueda parecer, la tradición de acabar o empezar el año ascendiendo a los montes más emblemáticos de cada territorio, o al más cercano y representativo de nuestro pueblo, no se pierde en la noche de los tiempos. Es una tradición bastante ... reciente entre los mendigoizales, ligada a la llegada de la Democracia a mediados de la década de los setenta del siglo pasado. Una idea sin duda ligada a la libertad que evoca una ascensión montañera en medio de la Naturaleza que rápidamente cogió arraigo y traspasó fronteras.
En un principio, la fecha preferente para afrontar la ascensión era el 1 de enero y los más irreductibles ascienden de madrugada para ver amanecer el nuevo año desde la cima-, aunque el paulatino cambio de los hábitos laborales también ha acabado por variar este uso. Cada vez son más las empresas que dan festivo a sus trabajadores el 31 de enero hasta el punto que hoy en día son más las personas que ascienden a su cumbre favorita a cerrar el año que a abrirlo. Si a ello añadimos que Nochevieja caiga festivo, como sucede este año, tenemos garantizada una romería camino de las cumbres.
En cuanto a los montes protagonistas de la ascensión, cada montañero, cada club de montaña, cada pueblo, tiene el suyo. Quedémonos con los más representativos, vinvulados por su proximidad con las treas capitales vascas: Pagasarri/Ganekogorta en Bilbao, Zaldiaran en Vitoria/Gasteiz y Adarra en Donostia/San Sebastián. Y como iconos máximos, el Gorbeia en Bizkaia y Álava y el Aizkorri en Gipuzkoa.
Vamos a centrarnos aquí en las cimas vizcaínas. Sus rutas habituales son de sobra conocidas por los mendigoizales, así que la propuesta para este año será su ascensión por ruta probablemente igual de conocidas que las originales, pero menos transitadas.
Pagasarri y Ganekogorta
Efectivamente, son dos montañas, pero tan unidas geográfica e históricamente que el mendigoizale bilbaíno no concibe la una sin la otra. Dos escalones de una misma escalera. Primero el Pagasarri, para iniciarse, para abrir apetito; y luego el Ganekogorta para doctorarse, para darse el atracón. Muchos son los que parten de Bilbao con la idea de subir solo la 'Paga', pero una vez en la campa, el imán del 'Ganeko' es siempre poderoso, altivo y poderoso en el horizonte. Un vistazo al reloj, otro al cielo y si todo cuadra, el vértice geodésico del Ganekogorta se convierte inmediatamente en objetivo. Ese en el que si se sube uno alcanza los emblemáticos mil metros de altitud.
Descartemos por un día el habitual camino de ascensión al Pagasarri por el aparcamiento de Igertu y la pista y vayamos hasta el barrio de Buia, al que se accede desde La Peña o Venta Alta (Arrigorriaga). Desde allí parte una de las ascensiones más largas y bonitas al Pagasarri, que sigue además el camino del GR-228, el Anillo Verde de Bilbao, sendero de Gran Recorrido que circunvala la capital vizcaína y une todos sus Parques Forestales.
En Buia, vamos al final de barrio, junto a la cancha polideportiva, seguimos una estrada que remonta cómodamente en paralelo a la A-68 hasta el puente de Venta Alta sobre la autopista. Giramos a la derecha y ascendemos por asfalto en amplios zigzag hasta el último caserío, donde la carretera deja paso por fin a la tierra (dch.). El sendero gana altura sin contemplaciones hasta desembocar en un camino. La ruta (dcha.) sube ahora con más comodidad, bordeando la cantera de Goriko, invisible a los ojos desde aquí pero no menos amenazante, como demuestra amplio movimiento de tierras que la une con la parte superior de la de Bolintxu, ya abandonada.
El camino sale más arriba a una pista por la que se acaba enlazando con la pista de Artabe (1h35'), una de las rutas más populares de acceso al Pagasarri. Seguimos por ella (izd.) hasta una bifurcación. Por la derecha, la pista (y el GR) lleva hasta la campa del Pagasarri. Más interesante resulta seguir de frente hasta el collado de Pastorekorta y tomar allí (dch.) el cortafuegos de la canalización del gas que, pegado a la divisoria, nos lleva directamente al lapiaz cimero. Unos divertidos metros finales saltando de roca en roca nos depositan en la cima. A paso cómodo, habrán pasado dos horas y cuarto desde nuestra salida de Buia .
Y allí arriba, agarrados a los 671 metros de su buzón, disfrutando del las vistas y el viento en la cara, es donde sentimos el 'efecto Ganeko', que domina el horizonte hacia el sur. Su llamada se hace irresistible. Aunque también aquí buscaremos una ruta menos transitada. En vez bajar al refugio y seguir la pista que lleva al collado de Enmedio, donde empieza la verdadera ascensión al monte bocinero, seguiremos el cordal del Pagasarri. El destino es también el citado collado de Enmedio, pero llegaremos a él por un terreno mucho más intrépido y pasando por las cimas de Lapurzulo y Ganekondo.
Una vez en el collado de Enmedio, la ruta habitual remonta ya la ladera del Biderdi por un exigente repecho inicial. Esta vez buscaremos la cima por la 'espalda' del Ganeko, su aparentemente inexpugnable vertiente sur: Para ello seguiremos el viejo y popular camino de Santa Lucía, que recorre la base de los acantilados meridionales de la montaña (los que miran A Zollo), pasa por la fuente del Espino y llega al collado Kurtziaga. Desde allí, un tortuoso y exigente sendero remonta hasta unas campas suspendidas bajo el Arrabatxu. Allí, al fondo, buscaremos el paso por el acantilado que nos permite acceder a la cresta cimera. Una vez en ella, la cima del Ganekogorta se eleva a nuestra derecha, que pisaremos en una hora y media desde el Pagasarri.
Gorbeia
Totem del montañismo vasco, el Gorbeia atrae visitas los 365 días del año. Ni que decir de Nochevieja y Año Nuevo. Pero esta vez dejamos la popular ruta de Pagomakurre por Arraba, Igiriñao y el collado de Aldamin para otro día y busquemos otra menos concurrida y, como mínimo, tan bonita como aquellas. Y probablemente más montañera, aunque solo sea por estar menos transitada. Desde el centro de Orozko (Zubiaur), nos dirigimos a Ibarra y seguimos hasta Usabel, donde comienza una pista cementada y muy empinada en algún tramo (atención si esta mojada o hay hielo) que nos lleva al aparcamiento de Belauztegi. Dejamos el coche y seguimos la pista. En poco más de diez minutos, llegamos a la fuente Goikogane, un buen paraje para darse un respiro y reponer fuerzas bajo las lomas de Ubixeta y Oderiaga y con vistas a los desniveles que protegen el pequeño valle de Austigarmin, nuestro próximo destino.
Siguiendo la pista, las vistas a las paredes de Itxina hacen más agradable la subida hasta el collado de Austigarmin (0h.40'). Debajo, protegidas por la peña que le da nobmre, se extiende la majada de Austigarmin, poblada de bordas y cercados, que aún conserva restos de viejas majadas y carboneras, así como txabolas de carboneros.
Seguimos la pista hacia el collado de Ipergorta (1h.15'), con excelentes vistas que se pueden mejorar con la ascensión -a la izquierda- de la cercana cima que le da nombre y en la que, además, hay una mesa de orientación. Descendemos hacia las campas de Zastegi (1h.40'), donde bordeamos la peña de Urratxa, repleta de cuevas y yacimientos prehistóricos, y enfilamos hacia el arroyo Padrobaso, origen del que más abajo se convierte en el río Baias. No llegaremos hasta su cauce apenas hecho el giro alrededor del Urratxa, unos hitos a la izquierda os invitan a adentrarnos en el roquedo cubierto de hayas. Enseguida descubrimos que es un evidente camino que primero discurre por el lapiaz y luego, convertido en sendero, atraviesa unas campas cubiertas de helecho.
Guiados por hitos, de nuevo nos adentramos más arriba en el hayedo para cruzar un arroyo habitualmente seco, remontar un pequeño promontorio rocoso y salir otra vez a terreno despejado. El sendero gira a la izquierda y sube próximo al lapiaz aunque evitando siempre las piedras. No lo puede hacer más arriba. Cruza un tramo rocoso y sale de nuevo a espacio abierto para remontar hasta la cima del Arranbaltza, una modesta loma rocosa señalada con un gran hito. Desde aquí enfilamos ya hacia la Cruz (SE). Caminamos todavía un rato más entre piedras pero no tardamos en dejar atrás la caliza para ascender por los pastos cimeros hasta la siempre concurrida cumbre del Gorbeia (2h.45').
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.