Barcos, piscinas, restaurantes y deporte para revivir la ría de Bilbao

Son muchas cosas. De momento, ideas pendientes de definir en un Plan Especial de Usos que habrá que consensuar con partidos políticos y vecinos. Pero es un avance importante tras años de parálisis. ¿Qué ha cambiado? Que este viernes se presentó finalmente el estudio del que se llevaba un lustro hablando. Es como la Biblia de la ría. Hay un análisis de las corrientes, de los fondos, de la biología, de las mareas, del estado de las estructuras ribereñas, del patrimonio, del magma competencial que involucra a distintas administraciones en la gestión... «Había un gran desconocimiento sobre todo ello», dijo Asier Abaunza, concejal de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos. Él fue el encargado de presentar las conclusiones junto con el asesor de Alcaldía, Fran Víñez. Es, pues, el punto de partida esperado para al fin recuperar la ría como gran protagonista en la ciudad.

Por ser lo más evidente y comentado en los últimos tiempos, hay que comenzar mencionando su utilización para la movilidad urbana. Las batimetrías han demostrado que la ría tiene calado suficiente para ser navegable hasta el puente de San Antón. Al menos, hasta allí pueden llegar, en términos generales, embarcaciones de «hasta ocho metros de eslora», apuntó el ingeniero de caminos que participó en el estudio, Néstor Urrutxua. Además, se han identificado hasta seis puntos diferentes que pueden ser utilizados para el transporte fluvial, y no sólo vinculado al ocio, como hasta ahora.

Luego, como iniciativa vistosa y espectacular, se plantea una gran piscina en la punta norte de la isla de Zorrozaurre que ejerza como playa fluvial. No confundirla con la playa proyectada en Elorrieta. Esta última, que es la que se conocía hasta ahora, es una opción algo más remota. Además, su ejecución depende del concurso de otras administraciones porque supone involucrar a la lámina de agua. Lo que ahora se ha propuesto es una piscina de agua limpia en la isla, separada de la ría, pero junto a ella. Como las que se ven a veces en esos hoteles ubicados en destinos de veranos perpetuos.

Este proyecto, el de la playa urbana, es uno de los que Fran Víñez englobó dentro de los «tractores» de ciudad. Es decir, de los que dota de un plus adicional a Bilbao para atraer turistas e inversiones. También entra en esta categoría el planteamiento para la ahora degradada punta Zorroza. Ahí, frente a la piscina-playa, se prevé un gran espacio con lugar para negocios hosteleros, actividad deportiva, ocio sostenible... Y algo parecido se proyecta para el dique seco en el entorno del Euskalduna, donde se plantea una zona de restauración.

Esos son los lugares identificados como estratégicos, con una vocación más transformadora. Pero la idea es ir salpicando de actividad los márgenes de la ría. En este sentido, desde el Ayuntamiento se han identificado una serie de espacios que pueden ser objeto de concesión para el impulso de la actividad en un modelo público-privado. Por ejemplo, fuentes municipales señalan espacios bajo el puente de La Salve, en un lugar utilizado anteriormente para la venta de billetes para los ascensores. O una zona en el muelle bajo el puente del Ayuntamiento, cerca del edificio Aznar.

Para que todo ello sea atractivo el plan también es que en la ría, siempre sin convertirla en un parque de atracciones, puedan instalarse plataformas flotantes, pantalanes adecuadamente acondicionados, que hagan las veces de zonas estanciales sobre la lámina de agua. Estas estructuras se plantean, sobre todo, para la punta norte de la Zorrozaurre, para Zorroza y para la zona del canal de Deusto.

Es importante destacar que todo esto, y la actividad que pueda venir (empresas de canoas, kayaks, lo que sea) en ningún momento podrá cortar el tránsito por la ribera a los peatones. Es más, el objetivo es aumentar un 20% la extensión de los paseos que ahora existen, hasta llegar a los 23 kilómetros. Se hará habilitando las zonas que aún no lo están, que son pocas. En el centro de la ciudad, el entorno de la Naja (ya se conoce el plan de expropiar los bajos de los edificios próximos para dar continuidad al paseo actual) y el de la estación de Atxuri. También habrá nuevos recorridos, como es lógico, en la isla de Zorrozaurre por el lado del canal. Y se prevé lo mismo en Punta Zorroza, y en el río Cadagua.

Porque el estudio presentado y la actuación municipal que llegue en el futuro, también abarca este río. De hecho, tendrá un papel importante sobre todo desde el punto de vista ambiental ya que aguas arriba de Zorroza se primará lo medioambiental, al tratarse de un entorno de interés natural. Lo mismo que en el otro extremo, en la zona Bolueta-Abusu. En ambos espacios «se preservarán siempre las características propias del estuario» y «se priorizará el desarrollo de la biodiversidad sobre la actividad humana».

El informe donde se recoge todo esto es muy ambicioso y puede decirse que ha descubierto cómo es la ría de verdad. En el acto participaron, por vía telemática, los expertos en gestión ambiental Javier Franco San Sebastián (de Azti); en infraestructuras del agua Néstor Urrutxua (de Typsa); el abogado Juan Landa (del despacho Ekain) para analizar el batiburrillo competencial entre administraciones; y el arquitecto Ricardo Ruiz (de ABR+).

Este último destacó que a la hora de analizar posibilidades para activar la ría, para buscar oportunidades de futuro, se estudiaron «más de 150 referencias internacionales». Es decir, experiencias desarrolladas en otros lugares con una lámina de agua al lado. Y no se pusieron límites ni condiciones porque, al fin y al cabo, se trataba de sacar ideas. Estudiaron, por ejemplo, el cambio radical de Chicago con enormes macroproyectos, y el más contenido y dimensionado de Burdeos con sus piscinas.

Ahora todo esto son ideas y posibilidades. Queda lo más difícil, que es hacerlas realidad. Y para ello no sólo será necesaria la implicación municipal, sino encontrar empresas interesadas en invertir en Bilbao, que es precisamente lo que busca la ciudad desde hace años.