Una plaga de mosquitos pone en jaque a los ertzainas de una comisaría de Erandio

Los ertzainas, asegura, siguen sufriendo picaduras constantes y episodios de alergias, hinchazones, dolores, irritaciones e incluso infecciones. La proliferación de insectos «es tan notable en el interior de todas las estancias del edificio que genera una gran incomodidad y ansiedad a los agentes».

De hecho, «se ven obligados a interrumpir sus labores para eliminarlos ellos mismos», según recoge la denuncia que el sindicato ha registrado contra el Departamento de Seguridad ante la Inspección de Trabajo para que pongan en marcha un «plan de acción eficiente y continuado en el tiempo que posibilite la erradicación definitiva de esta plaga». La central policial considera que la infestación que vienen sufriendo en la comisaría desde hace más de un año supone «una situación de riesgo para la salud» de los agentes y una vulneración del Real Decreto 486/1997 del 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad en los lugares de trabajo.

El problema fue trasladado oficialmente en varias ocasiones por los delegados de Erne al área de Seguridad, según el texto remitido a Inspección. «Se denunció tanto en 2020 como en 2021 a la Division de Prevención y Salud Laboral», precisa. Otxoa sostiene que Miren Goitia, viceconsejera de Administración y Servicios del Departamento de Trabajo y Empleo, conoce la problemática, que también fue comunicada por un trabajador del centro a su jefatura mediante un informe el pasado mes de abril. Pero «siguen sin ponerle remedio».

El barrio de Altzaga es en realidad una vega de la ría que fue rellenada y algunos solares, como en el que se asienta la comisaría o el polideportivo, tenían hace unas tres décadas aspecto pantanoso. La ertzainetxea está a las faldas del monte y cerca de algunas campas. Tal vez por ello, «la plaga es de tal calibre, que atajarla de raíz podría incluso obligar a cerrar el centro durante varias jornadas mientras actúan los equipos de eliminación», dijo Otxoa.