Los pisos turísticos copan ya al menos el 28% de la oferta de alojamiento de Bilbao

Y es al menos porque, en la investigación 'El impacto del turismo en el modelo de desarrollo de Bilbao: Pisos turísticos y cuartos vacacionales' realizada por la organización, no aparece todo el sector . Lo primero que ha dejado claro en la presentación Kike Antolín, redactor del informe, es que es «casi imposible» contabilizar este fenómeno porque buena parte de la oferta es «ilegal». Así que ese porcentaje lo calculan con lo legal, las 3.968 plazas registradas por el Gobierno vasco en estos alojamientos frente a las 9.987 de los hoteles.

La mayoría de los pisos analizados (231) están en la que han establecido como zona 1, Abando e Indautxu; por delante de la zona 2 (Casco Viejo, Iturralde, Atxuri y Solokoetxe), con 222; la tres (San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala), con 103; y la cuatro (Matiko y Castaños), con 73. Estos barrios concentran «el 67,1% de los pisos turísticos» de la capital vizcaína. No han podido, en este caso, incorporar los ilegales porque «en las plataformas, en muchas ocasiones, no se indica la zona exacta en la que se ubica la vivienda».

De ese análisis extraen varias conclusiones. José Ramón Martín, miembro de Ekologistak Martxan, ha destacado en ese sentido que producen «un impacto» por la reducción de la oferta de «alquiler accesible» y por la «expulsión de los inquilinos», incapaces de «asumir nuevos precios». Los más afectados, ha dicho, son «jóvenes, inmigrantes, estudiantes y mujeres en situaciones vulnerables». En cualquier caso, ha matizado Antolín, «hay una pérdida de calidad de vida», pero no una «gentrificación».

Al cruzar los datos con otras variables, tanto socioeconómicas y demográficas como de precios, concluyen que no se está produciendo una salida masiva de residentes. «El Casco Viejo, por ejemplo, sigue teniendo una de las rentas más altas y está ganando población», ha aseverado el investigador.

En cuanto al efecto de los pisos turísticos en los precios, ha mostrado «dudas» de que las subidas respondan a la existencia de este tipo de alojamientos o lo hagan por la «cercanía» de estas áreas con el centro. Es cierto que los incrementos registrados entre 2016 y 2023, de una media del 20,9% en el conjunto de la ciudad, son más acusados en zonas como Atxuri (24,9%), Iturralde (22,1%), San Francisco (22,1%) y el Casco Viejo (21%). Pero, ha puesto sobre la mesa Antolín, en Abando «el aumento está por debajo de la media, en un 17,3%, y es la zona con más pisos). Asimismo, ha subrayado, el «incremento de precios» se produce «desde hace años», antes de que «se diera el gran aumento» de este tipo de alojamientos, que han creado el 35,1% de sus plazas entre 2022 y 2023.

Desde la organización, y reconociendo que «Bilbao es una de las ciudades más restrictivas» en el ámbito de las viviendas turísticas, reclaman mayor implicación de las administraciones, que son las que regulan y, por lo tanto, las que «deciden» con sus políticas «lo que sucede en el mercado».

De ahí que hayan invitado a «establecer» qué función se le asigna a la vivienda, que se está «redefiniendo» como una «actividad económica» dirigida a sacar «rendimiento». «Creemos que se tiene que recuperar su función social . El rechazo a los pisos turísticos no es tanto por las molestias (ruidos, movimiento de personas en el edificio…), sino porque la vivienda pierde esa función básica y aquí la administración tendría que tener una postura más decidida».

Además, han lanzado una «reflexión» sobre el «modelo» de buscar más turistas: «No sé hasta cuándo puede aguantar porque todas las ciudades compiten por lo mismo y llegará el momento en que la burbuja explote».