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Vueling envió ayer un motor a Loiu para sustituir el dañado y tratar de sacar el aparato cuanto antes del dique seco para atender la alta demanda veraniega PEDRO URRESTI
Los pilotos vaticinan un accidente si no se toman medidas con los buitres

Los pilotos vaticinan un accidente si no se toman medidas con los buitres

El Colegio Oficial COPAC subraya «la gravedad» de la colisión de un avión con un ave el domingomientras el aeropuerto destaca su seguridad

Martes, 31 de julio 2018, 01:41

«Esto no ha pasado en ningún punto de España. Algo ha cambiado en Bizkaia en los últimos tiempos para que se produzcan dos colisiones con buitres en menos de tres meses». Ricardo Huercio, portavoz del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC), se mostró ayer muy preocupado por las últimas noticias que sus compañeros de profesión le trasladan desde Loiu sobre la nutrida presencia de carroñeras en el entorno de 'La Paloma'. «El número de avistamientos ha crecido mucho y lo sucedido el domingo, en plena fase de despegue, es para tomar seria nota y adoptar medidas de manera urgente».

Huercio se refiere al choque de un Airbus 320 de Vueling con un buitre leonado. El animal penetró en el motor y causó graves daños cuando la aeronave sobrevolaba el límite entre Leioa y Getxo, con unas 160 personas a bordo que se dirigían a París. El propulsor se paró y el piloto tuvo la sangre fría de regresar a Loiu con una única turbina en funcionamiento después de estabilizar el vuelo y tomar todas las precauciones que estipula el protocolo. Al parecer, según ha podido saber EL CORREO, el comandante vació uno de los extintores que se encuentran dentro de la carcasa del motor para sofocar o evitar un incendio.

El portavoz del COPAC destacó «la profesionalidad» del aviador. «Le vamos a felicitar porque, aunque estamos entrenados y es una maniobra que se ensaya cada pocos meses en el simulador, nunca es fácil enfrentarse a algo así», elogió.

Huercio tiene claro que los dos incidentes registrados desde el 6 de mayo son «muy graves». «Según nuestra información, en Loiu se habían registrado tres colisiones con grandes aves durante un montón de años y, ahora, en pocas semanas, ha habido dos y, una de ellas, en un momento muy comprometido», apuntó. «Si no se toman medidas, caminamos directos a un accidente. Podemos afrontar estas situaciones pero no es lo deseable. Lo sucedido resulta inaceptable», insistió. El COPAC apunta directamente a las instituciones. «Tienen que sentarse a hablar y buscar una solución global que implique a todas ellas. Que se pongan las pilas ya».

Motor nuevo

El día después del incidente, tanto la Diputación como la directora del aeropuerto, Cristina Echeverría, lanzaron un mensaje de mesura que contrastó con la urgencia que reclaman los pilotos para adoptar soluciones. «No hay que transmitir intranquilidad», afirmó la máxima responsable de 'La Paloma'. «Somos un aeropuerto certificado en seguridad, tanto por las medidas existentes dentro como fuera». Echeverría avanzó que el foro que aborda este tipo de incidentes y en el que están presentes Aena, la Diputación y el Gobierno vasco va a adelantar la reunión que tenía previsto celebrar en otoño, a raíz del último episodio. Aún no hay fecha, pero la idea es convocar la denominada mesa de fauna para mejorar «la coordinación».

«Escuchamos dos golpes secos», cuenta un testigo

Mikel, vecino del barrio Sarriena de Leioa, fue testigo en la distancia del choque entre el buitre y el aparato de Vueling. Se hallaba con su familia en la terraza de su ático. «Estábamos con los niños disfrutando del día soleado cuando escuchamos que el avión se acercaba», cuenta. «De pronto, se escucharon dos golpes secos y dio la sensación de que algo grave podía pasar», relata aún sorprendido. «El avión perdió potencia y durante uno o dos segundos dejó de hacer ruido, después el zumbido de los motores regresó», afirma. «La verdad es que nos llevamos un buen susto», recordaba ayer.

El aeropuerto insiste en que el asunto de los buitres queda fuera de su área de influencia, mientras que la Administración foral responde que carece de competencias más allá de la conservación de un animal que está protegido por la ley (se encuentra catalogado como de interés especial). Desde la Diputación recordaron que los buitres son «muy difíciles de controlar» y que el Gobierno central les ha transmitido un mensaje de calma.

Vueling, que recolocó a los viajeros en otros vuelos, no sin dificultades, inició ayer la reparación de la aeronave. Trajo un motor nuevo para sustituir el dañado. La aerolínea tiene ocho aviones de reserva (la flota total es de 113) y no se puede permitir el lujo de parar en pleno verano un aparato durante una semana, como le sucedió con el anterior incidente.

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