![«Hay que pensar a largo plazo el Guggenheim de Urdaibai por la subida del nivel del mar»](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/12/05/Imagen%201489577209-kvEF-U230216790683ZOG-1200x840@El%20Correo.jpg)
![«Hay que pensar a largo plazo el Guggenheim de Urdaibai por la subida del nivel del mar»](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/12/05/Imagen%201489577209-kvEF-U230216790683ZOG-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Ibone Ametzaga (Getxo, 61 años) es desde 2020 la coordinadora de la Cátedra Unesco sobre Desarrollo Sostenible y Educación Ambiental de la la UPV/EHU, además de profesora agregada del área de Ecología en la titulación de Biología y prolífica investigadora en biodiversidad. Tiene su asiento en el Patronato de Urdaibai, el órgano en el que se citan las instituciones y un representante vecinal para gestionar el espacio que hace justo 40 años se declaró como Reserva de la Bioesfera precisamente, por la lucha vecinal y académica, que se opuso a los planes para crear playas artificiales y la reurbanización de la marisma.
- ¿Qué es una Reserva de la Bioesfera, además de una zona con restricciones a la urbanización y a otras actividades?
- Más que ser restricciones, se toman como restricciones. Las reservas son ecosistemas terrestres o costeros marinos que promueven soluciones para reconciliar la conservación de la biodiversidad con el desarrollo sostenible. Son zonas en las que los humanos han ejercido sus actividades con respeto a la naturaleza y que pueden servir como ejemplo, además de laboratorios para investigaciones. En Urdaibai, las zonas más singulares, las zonas núcleo y con mayor protección, son el estuario, el litoral, los encinares, las dunas, la red fluvial, que no se encuentra en muy buenas condiciones....
-¿Qué ha mejorado desde la declaración?
- Solo hay que ver lo que se quería hacer en la zona. El núcleo en principio se ha mantenido, con los diferentes cambios que haya podido tener por diferentes actuaciones.
- Los ecologistas consideran una aberración el Guggenheim de Urdaibai porque creen que no tiene sentido meter ahí a más de 100.000 personas al día e invadir el dominio público marítimo terrestre.
- Hay que tener en cuenta que tendría dos zonas interconectadas: en Gernika, donde podría ser interesante a nivel cultural, y otra en Murueta, en la zona de la marisma. Ahí hay una biodiversidad que puede verse afectada y hay que analizar la capacidad de acogida que tiene el lugar porque se puede perturbar, por ejemplo, a las aves. Antes había 44 parejas de cormorán moñudo en Urdaibai y ahora hay 12. Puede ser porque no tienen alimentación, porque hay mucho ruido... Pero las aves son muy buenas indicadoras de lo que está ocurriendo en un lugar. Y no hay que olvidarse de que estamos en una crisis climática y de que uno de sus efectos principales es la subida del nivel del mar, que ya se está produciendo en Urdaibai. Tanto las dunas como las marismas son ecosistemas que protegen la costa y no sé si tiene sentido intentar construir allí. Deberían pactar entre todos los agentes si de verdad merecerá la pena o generará más problemas. Hay que pensarlo muy bien y a largo plazo. En Burdeos quisieron hacer un centro de investigación y nunca llegaron a estrenar el edificio porque entró el mar.
-¿A qué achaca la escasez de agua potable en la comarca?
-Puede ser que haya cambiado el régimen de lluvias, pero también es verdad que predominan las plantaciones de pino y eucalipto, que transpiran muchísima agua, y muchos bosques de ribera no están en buenas condiciones. El bosque autóctono, los robledales mixtos, retienen muchísima humedad en el suelo y además, pueden hacer que el agua se filtre más despacio, con lo cual no hay las avenidas. Además, ayudan a que el agua llegue más limpia a la ría y a las captaciones en los ríos de las que bebe la gente.
-¿Qué más problemas ambientales ve en la Reserva?
-El estuario no se encuentra en muy buenas condiciones. No pasa por su mejor momento. Es un reflejo de lo que está ocurriendo en toda la cuenca. Por un lado ha mejorado en el sentido de que antes no había saneamiento. Pero la fisonomía cambia en función del agua que llega de los ríos. Además. los vecinos denuncian que está aumentando muchísimo la presión, sobre todo de construcción de casas. Luego están las plantas invasoras, cada vez es más difícil ver las aves típicas de las marismas y desaparecieron las dunas. Sería interesante dejar que la zona de la marisma se restaurara por sí misma. La naturaleza tine esa capacidad. Nos dedicamos a machacar la naturaleza en vez de trabajar con la naturaleza, que haría muchos procesos gratis, como la depuración de las aguas. Las marismas y los bosques de ribera depuran las aguas. Tenemos que darnos cuenta de que no podemos hacer lo que queramos en el territorio, al igual que yo no puedo hacer lo que me de la gana en mi casa porque hay unas normas urbanísticas que tenemos que respetar.
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