El «peligroso» ladrón de chalés con un revólver oxidado y cinco balas en el tambor

El grado de violencia de sus actuaciones ha ido escalando hasta el punto de que algunos policías temían que cualquier día pudiera ocurrir una desgracia. Un fallo en el percutor del arma evitó que el pasado sábado la pelea en la que se vieron envueltos los dos delincuentes terminara en un baño de sangre.

Ocurrió a la puerta de un pub de Zaballa, zona de copas de la localidad fabril, a las cuatro menos diez de la madrugada. El primero en esgrimir el revólver fue E.F. Con él apuntó en el pecho a uno sus tres contrincantes y apretó el gatillo en al menos tres ocasiones, según testigos de los hechos, sin que la bala saliera por el cañón. En la refriega, el arma cayó al suelo y la recogió J.D., que salió corriendo en dirección a la calle Juntas Generales mientras intentaba abrir fuego contra los tres jóvenes con los que mantenían la riña. Tampoco en esta ocasión el revólver efectuó disparos.

J.D. se dio la vuelta y se quedó mirando hacia los jóvenes, uno de los cuales yacía en el suelo. Esa pausa de unos segundos permitió que los policías municipales de Barakaldo que estaban patrullando a pie por Zaballa, le atraparan.

Los testigos advirtieron a los uniformados de que llevaban una pistola, aunque al cachearles no la encontraron. Una batida por las inmediaciones permitió localizar el revólver debajo de un coche. Al cogerlo, los agentes comprobaron que era de fuego real, tenía las cachas de madera y que la parte metálica estaba oxidada, llena de herrumbre. En el cargador había cinco balas del calibre 38 dispuestas para ser detonadas. Ambos fueron arrestados por los delitos de homicidio en grado de tentativa y por tenencia ilícita de armas. Posteriormente, fueron entregados a la Ertzaintza, cuerpo que se encargó de completar el atestado y entregárselo al juez.

Al verificar su identidad, los policías comprobaron que J.D. tenía numerosos antecedentes, muchos de ellos por robos en viviendas. Las huellas dactilares revelaron que ha utilizado al menos dos identidades en Euskadi. También había sido detenido en varias comunidades autónomas y en otros países europeos, como Albania, Italia, Alemania, de donde le expulsaron, y Francia, donde estuvo en la cárcel.

En un primer momento, se sospechó que esta última trifulca estaba relacionada con el apuñalamiento registrado en la terraza de un local de hostelería junto al puerto de Santurtzi, el pasado 17 de febrero. Dos jóvenes terminaron en el hospital con cortes de arma blanca en una mano y en un costado. Uno de ellos identificó a J.D. como uno de los agresores. Él también resultó herido con contusiones en la cara y su compinche salió huyendo. Las víctimas pidieron al juzgado una orden de protección, que les fue concedida.

Su especialidad es el asalto a chalés y adosados. De origen albanés, desde su llegada a Bizkaia, en 2019, ha sido detenido en varias ocasiones, sobre todo por robos en la zona de Getxo. Pero también por lesiones, delitos contra la seguridad del tráfico por conducir bebido o bajo la influencia de sustancias estupefacientes.