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silvia osorio
Miércoles, 20 de julio 2022, 10:56
El pleno de las Juntas Generales de Bizkaia ha aprobado este miércoles la norma foral que permitirá implantar un peaje para camiones en 101 kilómetros de cinco carreteras de la provincia hasta ahora gratuitas. Los arcos «free-flow» comenzarán a funcionar a finales de año en la BI-625, que discurre entre Basauri y Llodio y cruza el puerto de Orduña, y en la N-240, que atraviesa el valle de Arratia y el puerto de Barazar. Se trata de los dos primeros tramos de los cinco previstos en los que entrará en funcionamiento el nuevo sistema de pago para vehículos pesados de más de 3,5 toneladas. En 2023, de forma paulatina, se incorporarán la A-8, desde Basurto hasta El Haya; Kanpazar; y el corredor del Txorierri, entre Erletxes y Rontegi.
El objetivo que persigue la Diputación con la puesta en marcha de este proyecto, para el que desembolsará 60 millones de euros, es descongestionar las vías gratuitas y trasladar parte del tráfico pesado a la AP-68 y la Supersur. Un trasvase de vehículos que se prevé reducirá en un 10% los accidentes, en un 13% la contaminación y sacará de las carreteras a más de 4.000 camiones.
Hace ahora justo un año que el Departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial presentó su plan para implantar este canon para camiones que cobrará a los conductores a través de un escáner que identifica la matrícula sin necesidad de detener la marcha y que se alinea con las directrices europeas -todos los informes recibidos han sido favorables-. Después de completar la tramitación administrativa, faltaba el último paso para la aprobación definitiva y tal y como se esperaba la norma foral ha salido adelante con la mayoría que sustenta la coalición de Gobierno PNV-PSE, las abstenciones de EH Bildu y Elkarrekin Bizkaia-IU y el rechazo del PP.
«Tenemos la oportunidad de transitar hacia un nuevo modelo de movilidad hacia el transporte de mercancías en Bizkaia y tenemos la obligación de dejar una Bizkaia mejor a nuestros hijos e hijas y a nuestros nietos y nietas, una Bizkaia más verde, más equilibrada, con mayor calidad de vida y con mejor futuro», ha afirmado el titular del área Imanol Pradales.
El diputado ha defendido una norma que pretende cumplir con directivas europeas que impulsan la método de que «quien usa paga y quien contamina paga». En lo que respecta a las tarifas que tendrán que abonar los transportistas todavía no se han concretado. Quedarán fijadas a través de un decreto foral que se prevé se apruebe antes de final de año. Durante la sesión tampoco se ha avanzado nada sobre las bonificaciones que se contemplan para los vehículos más contaminantes. Sin embargo, los grupos sí han rechazado una enmienda presentada por el PP que planteaba eximir del pago a los autónomos y PYMES. En lo que respecta a las tarifas que tendrán que abonar los transportistas todavía no se han concretado. Quedarán fijadas a través de un decreto foral que se prevé se apruebe antes de final de año. Durante la sesión tampoco se ha avanzado nada sobre las bonificaciones que se contemplan para los vehículos más contaminantes. Sin embargo, los grupos sí han rechazado una enmienda presentada por el PP que planteaba eximir del pago a los autónomos y PYMES.
Las formaciones políticas han refrendando sus posturas iniciales. El apoyo más rotundo, el del socio de Gobierno, el PSE. El diputado Iñaki Jerónimo ha recordado que esta medida ayudará a incentivar el uso de otros medios de transporte para mercancías, el ferroviario y el marítimo, y a reducir las emisiones de CO2. «Es una obligación, política y moral, intervenir para que el cambio climático no avance de la manera tan desastrosa que lo está haciendo y la prueba no hay que pedírsela a ningún primo experto en la materia; no, solo hay que tener un poco de sentido común y ver la cantidad de catástrofes que con incidencia de la climatología se están produciendo en nuestro entorno», ha deslizado.
Mientras, Elkarrekin Bizkaia y EH Bildu no han ocultado sus dudas y consideran que el momento no es el idóneo por la crisis de los carburantes, pero avalan el proyecto por el nivel de saturación en el que se encuentran las carreteras secundarias que soportan cada día el tránsito de miles de camiones. Ambos grupos demandan consenso con el sector, tarifas reducidas y bonificaciones. Por su parte, los populares han mantenido su rechazo al nuevo sistema de cobro por aprobarse en «plena crisis energética». El representante del PP Eduardo Andrade, además, abroncó al equipo de Gobierno por «seguir ocultando» los importes que tendrán que abonar los usuarios.
Aunque desde la institución foral aseguran haber buscado el «consenso» los representantes del sector, representantes de los sindicatos de transportistas vascos, Hiru y Asotrava, y las plataformas contrarias a los peajes en Euskadi se han concentrado a la entrada de la cámara de Gernika. Las asociaciones denunciaron el «afán recaudatorio» para tapar «el agujero de las cuentas públicas» y que la decisión llega en un momento «insostenible» por la crisis de los carburantes. «Es una penalización al transportista. No está en la carretera por gusto sino cumpliendo con un servicio público que toda la sociedad demanda», ha afirmado Jon Altuna, portavoz del sindicato Hiru.
El enfado ha sido patente. De hecho, Kepa Alaña, portavoz de la plataforma contra el peaje en la AP-68, se ha encarado con Pradales y le ha espetado que «la seguridad no es un lujo que hay que pagar, es un derecho», pero el diputado ha hecho caso omiso a sus recriminaciones. Los colectivos han vuelto a insistir en la necesidad de abaratar los costes de la AP-68 en sus 22 kilómetros de paso por Bizkaia e incrementar las bonificaciones. «No es lógico gastarse 50 millones de euros en arcos en cinco tramos de carreteras secundarias cuando lo más sencillo sería bonificar a los que vayan por la autopista», ha argumentado este manifestante, que a su vez ha recordado que los gobiernos de Navarra y La Rioja aplican rebajas de hasta el 75% por circular por esta vía en su territorio y que el nuevo sistema de cobro va a seguir aumentando una de por sí «desbocada inflación», lo que repercutirá en el bolsillo de los ciudadanos.
La crisis del petróleo ha hecho mella en el sector. Santi Sánchez, portavoz de la asociación de Transportistas Trabajadores Autónomos del Puerto de Bilbao-TransportBilbao, asegura que el precio medio un viaje se ha encarecido entre un 40 y un 45% en comparación con el año pasado. Desde esta entidad entienden la necesidad de aligerar los puntos más congestionados de las carreteras gratuitas, pero piden bonificaciones para la AP-68 y la Supersur por cuestiones económicas y de seguridad. «Cada vez que hay un accidente en el Txorierri en el que está implicado un camión, para el resto del tráfico es un cristo. Qué más nos gustaría que poder ir por las autopistas y llevar nuestra carga antes porque se ahorra tiempo, pero un viaje de Santurtzi a Vitoria cuesta 20 euros ir y otros 20 volver. No podemos asumir 40 euros de coste todos los días. Son precios carísimos», arguye.
Los colectivos han vuelto a insistir en la necesidad de abaratar los costes de la AP-68 en sus 22 kilómetros de paso por Bizkaia e incrementar las bonificaciones. «No es lógico gastarse 50 millones de euros en arcos en cinco tramos de carreteras secundarias cuando lo más sencillo sería bonificar a los que vayan por la autopista», ha argumentado este manifestante, que a su vez ha recordado que los gobiernos de Navarra y La Rioja aplican rebajas de hasta el 75% por circular por esta vía en su territorio y que el nuevo sistema de cobro va a seguir aumentando una de por sí «desbocada inflación», lo que repercutirá en el bolsillo de los ciudadanos. «Solo tiene un afán recaudatorio», ha agregado Alaña.
Además, en un comunicado conjunto las plataformas contrarias a los peajes en las carreteras vascas han denunciado la «escandalosa contradicción» de los junteros por acudir al pleno en vehículos privados y no en transporte público. «Piden a la ciudadanía lo que ellos no están dispuestos a hacer, utilizar los transportes públicos que tanto elogian para los de abajo, amenazando incluso con nuevos impuestos para desincentivarles si se desplazan con sus coches», han señalado en un comunicado conjunto en el que también han recordado que desde la calle Hurtado Amezaga, en Bilbao, salen autobuses a Gernika cada 15 minutos.
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