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En primavera, Bilboko Konpartsak recibió con dramatismo la regulación foral que les va a obligar a pagar impuestos por los ingresos que se embolsan en sus txosnas al considerar que esta norma tributaria es más «una excusa para acabar con el modelo festivo de las ... fiestas populares» que una vía para colaborar en el mantenimiento de los servicios públicos. No es algo que afecte únicamente a los txosnas, claro. Como es conocido, las tres diputaciones vascas han diseñado un sistema de facturación electrónica que busca reducir el fraude fiscal, registrando cada operación en los archivos del fisco. En la vida diaria eso se traduce en que por cada pago, por ejemplo en hostelería, el consumidor debe recibir un ticket con un código QR. También si se compra un katxi en un txosna, imagen esta que ahora resulta exótica.
Todo esto gusta poco a las actividades económicas que se mueven en el ámbito de la informalidad, pero gusta mucho a las que sí cumplen no solo con la normativa fiscal, sino también con la laboral, porque ven en las otras una competencia desleal.
Lo que ocurre es que la Diputación de Bizkaia ha diseñado un sistema de implantación progresivo que libra a las txosnas de pasar por este trago hasta las fiestas de 2026. Sin embargo, las administraciones de Álava y Gipuzkoa ya han activado los mecanismos y allí las comparsas han tenido que adaptarse al TicketBai en sus respectivas semanas grandes. O más bien no. Como era previsible, en Vitoria y en Donostia ha habido desobediencia en distintos grados, polémica y tensiones que no llegarán a Bilbao, al menos este año. De momento aquí nos libramos de unas broncas que muy previsiblemente sí se producirán cuando en el resto de Euskadi ya se asuma este asunto con naturalidad.
¿Qué broncas son esas? En Vitoria, desde el primer momento, las txosnas avisaron de que no iban a plegarse a los designios forales y que no iban a someterse al TicketBai. De nada sirvieron las reuniones previas a fiestas con la Diputación ni los diferentes intentos por llegar a acuerdos. Tras la bajada de Celedón nada cambió con respecto a lo que había en ediciones anteriores: pago en efectivo y sin noticias de códigos QR. Había incluso cierto regodeo en el incumplimiento, flagrante, notorio, desafiante incluso.
Ante semejante panorama, antes de que terminasen las fiestas de Vitoria la Hacienda foral alavesa hizo público que había abierto expedientes sancionadores contra varias asociaciones que gestionan el recinto festivo. En el aire están multas con una cuantía de hasta 20.000 euros por incumplir la normativa tributaria.
También es cierto que hay un par de vías para esquivar de un modo legal esas obligaciones. Las exenciones para someterse al TicketBai están reservadas a quienes no tengan su domicilio fiscal en el territorio y a las entidades sin ánimo de lucro que hayan tramitado expresamente esta dispensa y se ajusten a los criterios legales que otorgan esta consideración. Si las entidades a las que se está investigando no han dado este paso, o lo han dado sin éxito, es algo que la Hacienda foral no aclara en atención a su obligación de preservar la confidencialidad de los contribuyentes.
Como el Ayuntamiento y las txosnas firman cada año un convenio que incluye aportación de dinero público procedente de impuestos que pagan otros contribuyentes, la alcaldesa gasteiztarra, Maider Etxebarria, fue invitada a valorar el asunto. «Todos los ciudadanos tenemos nuestros derechos y nuestras obligaciones. Y, como actividad económica, hay unas obligaciones fiscales», resumió antes de dejar la pelota en el tejado de Hacienda. La postura es similar a la del Ayuntamiento de Bilbao.
En el otro territorio vasco, por su parte, es la asociación Hostelería de Gipuzkoa la que está llamando la atención sobre una supuesta pasividad, o quizá remoloneo, de la Administración foral ante lo que entienden como flagrantes incumplimientos de las txosnas a la hora de tributar por sus ingresos. «Es así como se paga luego la sanidad universal, la educación gratuita o la RGI para los más vulnerables», apunta el secretario general de la organización, Kino Martínez. Así que piden a su Hacienda que siga los pasos de la alavesa y que persiga a los incumplidores. Mientras, el Gobierno foral replica que sí hay inspectores controlando lo del TicketBai y que tras las fiestas llegará el momento de hacer un balance.
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