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CARLOS BENITO
Viernes, 21 de diciembre 2018, 18:26
Aunque no suelen reconocerle esa fama, Tomás es un santo muy milagrero, capaz de conseguir lo que parecía imposible: llega su día y miles de personas se ponen a engullir talo de buena mañana, sin reparar durante unas cuantas horas en el colesterol ni en ... los michelines, como si hubiese que acumular reservas para el invierno en lugar de controlarse de cara a la Navidad. El bueno del santo también consigue cada año juntar en un mismo espacio a personas muy diferentes, con ideas de la diversión no siempre compatibles, y resulta que todas se lo acaban pasando bien en armónica convivencia: estos ejemplos son una buena muestra de esa faceta del mercado como feria de personajes diversos y entregados a la causa.
JOSÉ LUIS CALLEJA, ROSANA ORMAZÁBAL Y MAITE SÁEZ
Lo que ya no tiene tan fácil Santo Tomás es lograr que la gente se aficione de nuevo a comprar animales vivos, esa costumbre que daba sustancia al mercado de antaño. En el puesto de Juan Zabala, el único que mantiene la tradición, se reúne mucho curioso y poco cliente: si cobrase por foto, sacaría mucho más que con los capones. Los que se llevan algún animal suelen ser de origen extranjero, pero sigue habiendo excepciones, gente de aquí que no flaquea ante la obligación de matar. Rosana Ormazábal y su marido, José Luis Calleja, han elegido un buen ejemplar que se convertirá en la cena de Nochebuena en su casa de La Peña. «Hace años solíamos comprar, pero llevábamos tiempo sin hacerlo. Los de antes eran muy buenos, ¡a ver este!», comenta Rosana tras despedirse de los correspondientes 45 euros.
¿Quién lo matará? «A lo mejor yo –bromea José Luis, que no va a librarse de la encomienda–. Soy de Carranza y me he criado entre animales: vacas, burros, conejos, ovejas, gallinas... De crío me tocaba aguantar las patas para que no las sacudiesen mientras mi madre los mataba». ¿Y quién lo desplumará? «El que mata también pela», aclara. A partir de ahí, será Rosana quien cocine la carne con cebolla, ajo, pimiento y un buen chorro de coñac. Pero en la foto salen tres personas... El matrimonio está acompañado por una amiga, Maite Sáez, una salmantina de Cantalpino que también vive en La Peña. ¿Se quedará sin probar el guiso? «Como es mi amiga, igual sí lo cato», plantea con mirada implorante. De momento, José Luis se compromete a dejarle «una pata para chupar».
EDUARDO RIOZ, JOSÉ PABLO GUTIÉRREZ, LUIS ÁNGEL RODRÍGUEZ, JULIO ARAGÓN Y JJ BILBAO
Los cinco amigos de Santutxu devoran el talo con chorizo con tanta gana que casi apetece aplaudirles. Es como contemplar a una orquesta sinfónica, de movimientos precisos y voluntad inquebrantable. Pero, a diferencia de muchos otros, la cuadrilla se ha ganado este tentempié de media mañana: «Hemos hecho una caminata de ocho kilómetros antes de bajar. Hemos quedado a las nueve y media y nos hemos ido por Malmasin y La Peña para volver hacia aquí: ahora hay gusa y entra muy bien», explica JJ Bilbao. Están, concretamente, en el primer talo, porque su costumbre es zamparse dos: «Uno para quitar el hambre y el otro para degustar», puntualiza Julio Aragón. Mientras tanto irán cayendo botellas («no se sabe cuántas») para pasar después a un «café torero» (el que se toma sin haber comido), un gintónic y una buena siesta. ¿Y qué hay de la tarde-noche? «De eso ya se encargarán los herederos», delega Julio.
Son amigos desde los 14, de la calle y el colegio Berrio Otxoa, y llevan toda la vida bajando a Santo Tomás, así que tienen criterio para apreciar los cambios que ha experimentado el mercado: «Ahora se ha vuelto más consumista, menos tradicional, pero sigue estando muy bien», dice Luis Ángel Rodríguez. Es el signo de los tiempos, porque también se acuerdan de cuando su barrio parecía un pueblo: «No querían subir ni los taxis, eran todo campos, conventos y colegios, y mira ahora qué ciudad dormitorio –reflexiona JJ–. Todo ha cambiado menos nosotros: te miras al espejo y te ves el mismo».
PABLO ROMERO, JUDIT NIETO Y UNAI ROMERO
Santo Tomás tiene algo de cadena humana a través del tiempo, en una sucesión de generaciones que se van sumando al ritual prenavideño. Todos los años, hay un montón de bilbainitos que se incorporan –sin darse mucha cuenta, eso es verdad– a la tradición de sus padres, sus abuelos, sus bisabuelos... Es el caso de Unai, que está viviendo su primer Santo Tomás y, por ahora, supera el reto con nota, ya que muestra una tolerancia a la txapela impropia de su edad. «Nosotros vivimos aquí al lado y siempre venimos. Es una buena ocasión para reencontrarse con la cuadrilla, porque cada vez resulta más difícil quedar todos», dice la madre, Judit Nieto. En esta ocasión, a ella no le va a quedar otro remedio que cambiar un poco de costumbres: «Este es el primer año que voy a beber cerveza sin alcohol –suspira–. Con un hijo va a ser muy diferente».
«¡Va a ser mejor!», asegura Pablo Romero, el entusiasta padre, que incluso se declara dispuesto a renunciar por solidaridad a la cerveza-cerveza. «Claro que sí. Bueno, beberé alguna con y alguna sin».
HAOLANG XI Y RAN YAN
Haolang Xi y Ran Yan están sacándose fotos en la plaza del Arriaga, mientras suena por megafonía 'Maite zaitut' y la fiesta empieza a desmelenarse. Uno habría dado por hecho que las dos jóvenes chinas se habían topado con Santo Tomás por puro azar, pero no, sabían a lo que venían: «Una compañera de clase me habló de esto», explica Haolang, que estudia Turismo de Eventos en Barcelona. Su amiga Ran es alumna de Comercio y Finanzas Internacionales y las dos hablan un castellano muy decente: «Llegamos a Bilbao ayer, vimos el museo y el perrito y tomamos muchas fotos. Ahora hemos paseado por aquí. Me ha llamado la atención que hay muchos pimientos y ajís, porque en nuestra provincia nos gusta mucho el picante. Somos de Sichuán, donde los osos panda. Allí también tenemos vino, pero el de aquí está más rico», van explicando. Las dos amigas lo miran todo con curiosidad y se interesan por el euskera: «La primera vez que oí hablar del País Vasco –recuerda Haolang Xi– fue en la película de los ocho apellidos».
ERRUKIÑE PEREDA, SOLINES HERRERA, CELIA CARRO, ENRI BRAZAOLA, TXARO PEREDA Y MARÍA ÁNGELES LÓPEZ
A estas animosas amigas deberían concederles una subvención, porque todos los años alegran el mercado con sus trajes tradicionales y su excelente humor. «Yo vengo desde que me traía mi abuela. Se echa en falta a Tiberio, el cerdo de la rifa: ¡daba gusto verlo, tan gordo!», se pone nostálgica Errukiñe Pereda, impecable con su chal. «Lo he hecho yo. Y también los pololos, y mira dónde están los dineros –dice, mostrando el bolsillo de las enaguas–. Ahí no mete nadie mano». Las seis amigas llegan dispuestas a bailar y a darle al txakoli: «Dicen que potencia el efecto de las pastillas», se ríen. ¿Y después, a esperar al próximo Santo Tomás? «Huy, también vamos a todas las bodas vascas. La ropa no se nos estropea en el armario».
SASCHA PÉREZ Y MIKEL LÓPEZ
A los feriantes de Santo Tomás siempre les surgen extraños satélites comerciales: desde los vendedores de muérdago hasta los actores de 'The Hole', que se publicitan por el mercado con sus atuendos de fantasía, pasando por Sascha Pérez, Mikel López y unos cuantos alumnos más del Colegio Trueba. Tienen 15 años, cursan la asignatura de Iniciativa Empresarial y están cumpliendo «el reto de los cinco euros»: el profesor entrega esa cantidad a cada grupo y han de invertirla en algo que les permita obtener beneficios el día de Santo Tomás. Sascha, Mikel y otros tres amigos han comprado cinco barajas españolas (a euro cada una) para ofrecer trucos de magia a cambio de la voluntad: «Yo solo había hecho alguna vez trucos de Magia Borrás, pero hemos estado practicando en casa. Mira, este lo he aprendido en YouTube», dice Mikel, y adivina el dos de oros que había elegido el periodista. ¿Y los otros grupos qué están haciendo? «Unas están vendiendo bizcocho. Otras han fabricado pulseras. Y los otros han organizado una especie de ruleta de la fortuna».
En el vaso de los donativos llama la atención un billete de cinco euros. «Impresiona, ¿verdad? Pero es de alguien que no tenía monedas, le hemos devuelto cuatro euros». Los dos amigos ya están llegando a ciertas conclusiones sobre sus potenciales 'clientes': «Los que más caso nos hacen son las parejas jóvenes», dice Sascha. Y Mikel se despide demostrando su habilidad para los eslóganes comerciales: «La verdadera magia es la de la Navidad».
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