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«El Papa está contento por cómo se ha resarcido a las víctimas de abusos sexuales en Bilbao». Con estas palabras calificó ayer el obispo de la capital vizcaína, Joseba Segura, la posición del máximo responsable de la Iglesia católica respecto a que su diócesis ... celebrara el pasado marzo el primer acto de reparación a afectados de España. En dicha eucaristía, Segura afirmó que «entre nosotros ha habido abusadores» que, valiéndose de su posición, han realizado «actos de pura maldad».
Del mismo modo, el obispo de Bilbao aseguró que el informe presentado el pasado octubre por el Defensor de Pueblo (en el que calcula que unos 440.000 españoles han sufrido abusos en el ámbito de la Iglesia católica) tiene «un gran valor» porque vuelve «a poner la responsabilidad» sobre los agresores. Aún así, duda de que la cifra de víctimas en todo el país fuera tal, ya que es una extrapolación realizada a partir de una encuesta. El mismo documento identificó abusos en 54 parroquias y colegios vascos.
Segura realizó estas declaraciones en la tarde de ayer en la Biblioteca de Bidebarrieta, en un acto en el que analizó la situación de la Iglesia en Bizkaia. En el mismo declaró que, ante la falta de vitalidad que detecta en las parroquias vizcaínas, es necesario que desde la diócesis comuniquen mejor para fomentar comunidades más cercanas a la sociedad actual.
Según explicó, la Iglesia vizcaína tiene por primera vez en su historia menos de 200 sacerdotes. «La presencia de la cultura católica está disminuyendo en un contexto europeo en el que se reivindica un concepto de libertad sin vínculos», explicó. «Mientras antes los vascos y navarros enviábamos párrocos al extranjero, ahora cada vez recibimos más», añadió.
Según su testimonio, que Euskadi cada vez reciba más curas extranjeros «afecta a la capacidad de servir en determinados lugares». «Las zonas euskaldunes son las más secularizadas. En dos generaciones han cambiado la conciencia religiosa por una conciencia política nacionalista», afirmó. Del mismo modo, pronosticó un «problema de identidad del pueblo vasco» en un futuro cercano. «¿Qué va a pasar con el euskera? Es imposible transmitir la emotividad a quien viene de fuera y quienes viven aquí no tienen hijos», sentenció.
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