«Unos padres no se ponían de acuerdo sobre en qué entidad bancaria abrir la cuenta común»

Mónica Taibo, terapeuta del centro de orientación familiar Lagungo, apunta que «tenemos un montón de casos» de lo que ella denomina «custodia compartimentada». «El padre y la madre no se hablan y los niños viven una vida una semana y otra vida a la semana siguiente», explica. Eso deja situaciones rocambolescas en las que «una semana hacen unas extraescolares y a la siguiente, otras, porque los padres no se ponen de acuerdo». La especialista insiste en que la custodia compartida lo que debe es «cubrir las necesidades de los niños, no las de los padres. Se trata de compartir la crianza del niño, no los minutos».

Hay muchos hijos que «no cuentan lo que han hecho una semana porque no quieren crear más conflicto entre sus padres». Si los niños están mal, «lo más fácil es echar la culpa a la otra persona». «Hay que llegar a extremos de ponerse muy enfermos los niños, con depresión, trastornos alimenticios, adicciones a nuevas tecnologías o intentos de suicidio, para que algunos padres se den cuenta de cómo les afecta», lamenta.