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E. C.
Jueves, 8 de agosto 2024, 00:33
El padre de la familia de Getxo que el domingo sufrió un fatal accidente en Tanzania, que le costó la vida a su esposa y a su hija, ha sido dado de alta, según informó ayer la televisión pública vasca. Se encontraba ingresado con varias ... fracturas en un hospital de Nairobi, capital de Kenia, hasta donde él y su hijo menor, que también sobrevivió al siniestro, habían sido trasladados el día anterior desde el centro en el que se encontraban en Tanzania. El adolescente, de quince años, sigue ingresado en estado grave, con fracturas en las costillas y con los pulmones perforados, según los mismos medios.
El trágico suceso tuvo lugar el pasado domingo, cuando la familia visitaba el cráter de Ngorongoro, uno de los grandes atractivos turísticos de Tanzania. En el ascenso en todoterreno a la parte alta, en una zona de gran desnivel, el vehículo se salió de la calzada y se desplomó ladera abajo. La madre, Elena, y la hija de 17 años, Inés, fallecieron en el lugar. Mientras que el padre, Iñigo, y el hijo menor, Ignacio, quedaron heridos y fueron trasladados al hospital Arusa, en Karatu, donde permanecieron durante dos días, antes de ser enviados a Nairobi, a un equipamiento mejor preparado para tratarles. Especialmente al adolescente, que es quien presenta un estado más grave.
Tras el siniestro, según informaron tanto el Gobierno español como el vasco, se activaron los mecanismos institucionales de apoyo a la familia, especialmente en las embajadas de Tanzania y Kenia. Los cuerpos de las dos víctimas mortales serán repatriados próximamente por los seguros de viaje que la familia tenía contratados. Allegados se desplazaron a África para acompañar a los heridos y ayudar en las gestiones necesarias.
En cuanto al motivo del accidente, todo apunta a que el conductor perdió el control del automóvil en una carretera de gran desnivel; tras coger una curva muy pronunciada, volcó y comenzó a rodar cuesta abajo desde una altura considerable hacia el interior del cráter, que tiene una profundidad de 600 metros. Expertos en la gestión de viajes en esta zona apuntan que se trata de un punto muy complicado en el que los guías que manejan los vehículos, de entre cinco y siete personas, han de recibir una formación específica para evitar riesgos. Según las mismas fuentes, el conductor cometió un fallo al no tener la experiencia y pericia suficientes.
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