El 'padre de Abandoibarra' tilda de «error garrafal» la reforma de la plaza Euskadi

Ese primer planteamiento se guardó en el cajón, pero permaneció la idea de que era necesario reformar la plaza en paralelo a las obras en la pinacoteca. De ahí ha surgido el plan que el Ayuntamiento presentó la pasada semana, que a grandes rasgos supondrá ampliar las aceras y los pasos de peatones a costa de eliminar un carril de tráfico. Una intervención de calado que busca dar más protagonismo al peatón y «propiciar su tránsito» entre el Bellas Artes y el Guggenheim.

«Es un error garrafal, que si se lleva a cabo afectará a la ciudad para siempre. Es un despropósito». Quien habla es el arquitecto Eugenio Aguinaga, unos de los 'padres' de todo el desarrollo de Abandoibarra y, como tal, del diseño original de la plaza Euskadi. Él, junto a César Pelli y Diana Balmori, ganó el Concurso Internacional de Ideas que desembocó en el Master Plan que redibujó 350.000 metros cuadrados del por aquel entonces -hace 30 años- el nuevo Bilbao.

Aguinaga (Getxo, 1943) se muestra extremadamente crítico con el proyecto planteado ahora por el Ayuntamiento, que «lejos de mejorar la ciudad, amenaza con desfigurar su estructura urbana y generar problemas innecesarios». «Lo que pretenden hacer altera torpemente nuestro proyecto original, que ha funcionado con coherencia», analiza el arquitecto, quien echa la mirada atrás para argumentar sus críticas.

El Master Plan de Abandoibarra requirió 10 años de estudios y tres anteproyectos. Dentro de todo ese trabajo se incluyó un «detallado análisis» de los flujos de tráfico que deberían absorber los nuevos viales que nacerían en la zona y, sobre todo, la plaza Euskadi, que debía actuar como su punto neurálgico. Con los datos facilitados por el Ayuntamiento, una ingeniería local realizó diferentes modelos para determinar el mejor diseño de esa gran rotonda. «Cómo debían ser los carriles, dónde colocar los semáforos, los pasos de peatones... todo para que el tráfico fuera lo más fluido posible», apunta Aguinaga.

Ese dibujo original ha perdurado durante tres décadas. «Pero ahora todo eso salta por los aires para satisfacer un capricho arquitectónico sin fundamento», denuncia, en referencia a Norman Foster y su idea de actuar en el entorno del Bellas Artes. «Con todo el respeto, eso de querer acercar los dos museos es una tontería. Están donde están, no hay más».

Más allá de cómo el diseño presentado ahora por el Ayuntamiento vaya a alterar el suyo original, a Aguinaga le preocupa las afecciones que generará en una de las principales entradas a Bilbao. En su opinión, se van a «introducir obstáculos innecesarios y cambios en la disposición del tráfico que, lejos de facilitar la movilidad, van a generar atascos constantes y molestias a los ciudadanos». «Cualquiera que conozca Abandoibarra sabe que su red viaria ha sido diseñada para equilibrar el tráfico, los peatones y el transporte público. Alterar este equilibrio sin una necesidad real solo traerá caos y hará que moverse por la ciudad sea más complicado de lo que ya es en horas punta. Es un paso en falso», analiza el arquitecto vizcaíno. «Que una rotonda se castre de esta manera es una barbaridad. ¡Qué frivolidad!», remacha.

En su opinión, la plaza debería quedarse «tal y como está». «No hay un clamor popular ni una necesidad urbanística que justifique esta reforma». Consultadas por este periódico, fuentes del Ayuntamiento de Bilbao evitaron valorar las declaraciones de Aguinaga.