La OTA llegará a Arangoiti en julio

Es algo que ya se preveía que iba a ocurrir. Cuando hace casi un año la OTA llegó a San Ignacio e Ibarrekolanda la lógica apuntaba a que parte de los coches que aparcaban gratis en esos barrios terminarían subiendo a Arangoiti, y eso es lo que ha ocurrido. En marzo la concejala de Movilidad y Sostenibilidad, la socialista Nora Abete, ya explicaba a este periódico que «los vecinos se han encontrado con las calles muy colapsadas», de modo que «nos han solicitado» que se extiendan hasta allí las líneas verdes. Entonces se barajaban los meses de junio o julio para la implantación de la OTA, y al final será este último.

La decisión se ha tomado tras analizar las estadísticas de estacionamiento en superficie. Según los datos recabados por el Ayuntamiento durante varias jornadas del pasado mes de septiembre, sólo el 48% de los coches aparcados en Arangoiti eran de residentes. El 20% eran de otras zonas de Bilbao, y el 32% restante procedía de otros municipios. La ocupación del espacio público por los coches era tal que abundaban los aparcamientos indebidos en esquinas y otros lugares prohibidos, además de zonas con coches aparcados en batería en vez de en línea. Esto ocurría sobre todo «a primera y última hora», según el estudio. En Arangoiti, el proceso para instaurar el estacionamiento de pago ya tiene fecha porque se han quemado las etapas que marca la ordenanza (petición vecinal, estudios e implantación).

El otro barrio que tiene el proceso avanzado es Olabeaga, donde los vecinos ya han solicitado la medida y está pendiente ahora hacer el estudio que la legitime técnicamente. También se ha mostrado interés por la llegada de la OTA a los barrios que están encima de Rekalde, como son Larraskitu, Peñaskal o Artazu. En los consejos de distrito se ha debatido el asunto, pero aún no está votado, trámite previo necesario a la solicitud formal al Ayuntamiento.

El debate está abierto, además, en otras zonas como Uribarri y Zorroza, aunque según avanzaba Abete «hay diversidad de opiniones» entre diferentes colectivos vecinales. «Se ha debatido, pero no hay unanimidad», ya que cada zona tiene su situación concreta y en muchas ocasiones la resistencia al cambio es un elemento determinante.