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Lo malo de Bilbao es que aún hay zonas por ahí que son una sucesión muros y de asfalto gris. Eso es lo peor de una urbe. Si además las calles son empinadas, la cosa se pone todavía más fea. Y si quienes viven en ... semejantes emplazamientos son personas mayores, el entorno se convierte en abiertamente hostil.
¿Qué significa esto? Que hacen falta más parques. Por eso el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) proyecta la creación de once nuevas zonas verdes en Bilbao. Sobre todo, en los barrios altos. No se trata de grandes parques urbanos (que también hay, pero eso es otra historia), sino de rincones refrescantes y hasta recogidos, agradables, que pretenden aportar oxígeno a la ciudad. Se está pensando, fundamentalmente, en la gente mayor, que cada vez suma un colectivo más numeroso.
De lo que se trata es de preparar Bilbao para un envejecimiento de la población que va a cambiarlo todo. ¿Y qué necesita la gente mayor? Salir a la calle. Zonas donde tomar el sol en invierno y sentarse a la sombra en verano. Donde socializar. Está comprobado que disponer de uno de estos espacios cerca de casa marca la diferencia entre que una persona salga y se relacione, o languidezca viendo la tele.
«Se trata de crear espacios permeables, con un porcentaje importante del suelo ocupado por árboles», dice Mikel Ocio, director de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao. Es decir, no estamos hablando de plazas adoquinadas, sino de pulmones verdes. Y van a estar en Uribarri, en Otxarkoaga, en Begoña, en Rekalde, en Zorroza... Muchos, en zonas altas donde, además, tendrán la capacidad de absorber agua de lluvia. Para ello, y también para que las raíces de los árboles sigan su curso, se ha prohibido la construcción de parkings subterráneos en estos lugares.
Lo cierto es que ya ahora, en la mayoría de estos emplazamientos, estamos ante zonas verdes. Eso sí, cerradas e indómitas. Son parcelas sin uso tomadas por la naturaleza asilvestrada. En todo caso, en ellas no hay que tumbar edificios.
De hecho, únicamente serán necesarias demoliciones en el espacio verde proyectado para Severo Unzúe, en Rekalde. Allí, ahora, sigue habiendo inmuebles industriales. La futura zona verde surgirá producto de la cesión de suelos cuando se desarrollen las promociones residenciales que se contemplan en el PGOU, explica Mikel Ocio.
Mikel Ocio | Director de Urbanismo
En el otro extremo, es decir, donde apenas se va a tocar porque no van a cambiar mucho las cosas, está la explanada de San Mamés. Es una de las once ubicaciones donde se plantea un parque de proximidad, pero éste será distinto. El Ayuntamiento tendrá que urbanizar el lugar (poner mobiliario urbano, quizás una hilera de árboles...) pero no se convertirá en un espacio íntegramente verde. El director de Urbanismo recuerda que es necesario conservar una parcela de estas características donde puedan realizarse cierto tipo de eventos, como instalar las 'fan zone' o acoger a las aficiones antes de los grandes partidos. Así que aquí, previsiblemente, no habrá ni césped, ni flores, ni setos.
Pero en casi todos los demás parques, donde ahora crece maleza, sí. En el proyectado para Ciudad Jardín; en el que estará entre Via Vieja de Lezama y Tutulu; en el previsto junto a la salida de metro de Zurbaranbarri; en el que irá en Begoña tras la clínica de la Virgen Blanca; en el de Otxarkoaga. También en el de Masustegi y los que irán en Zazpilanda. Todos son suelos ahora sin uso, algunos de propiedad municipal, que insuflarán vida a los vecinos.
¿Cuándo ocurrirá todo esto? Depende. Mikel Ocio prevé que en los próximos cuatro años se ejecuten y estén listos siete de los once parques de proximidad proyectados. Son aquellos que o bien estarán en suelo del Ayuntamiento, o que pueden ser fácilmente adquiridos. Se refiere a los de Ciudad Jardín, Zurbaranbarri, Otxarkoaga (Zizeruena) y Begoña (Dolaretxe). También, claro, a la explanada de San Mamés (de titularidad pública) y a los de Zazpilanda y Zorrozgoiti. El resto «está asociado a acciones de promoción (inmobiliaria), por lo que dependerá del ritmo que lleven las empresas», dice el director municipal de Urbanismo.
Todo esto se enmarca en la estrategia que debe seguir una ciudad irremisiblemente encaminada hacia el envejecimiento de la población. Es una buena noticia que la gente viva más, porque eso es lo que ocurre en las sociedades desarrolladas. Lo malo es la falta de relevo. De jóvenes. Pero ese es otro asunto. La cuestión ahora es, ¿tanto vamos a envejecer? Pues sí. Ahora, el 24% de los vecinos de Bilbao tiene más de 65 años, un porcentaje que en 2008 era únicamente del 21%. Y para 2030, según las proyecciones demográficas del Ayuntamiento, se elevará hasta el 29%.
Yolanda Díez | Concejala de Salud
«El PGOU es una herramienta fundamental de cara a preparar la ciudad para dentro de una década, cuando casi un tercio de los bilbaínos será mayor de 65 años», destaca la concejala de Salud, Yolanda Díez. Y, a su juicio, uno de los aspectos vitales es «que la gente tenga zonas verdes, accesibles y cerca de su casa para que se anime a salir». Es importante porque así se mueve, no se quedan apalancada en casa. Pero, sobre todo, «son espacios de socialización». Hablar, relacionarse, sí que da vida a los barrios y a sus vecinos.
«La ciudad debe ser un campo abierto para socializar», insiste Díez. Y para ello no sólo juegan un papel importante las zonas verdes. También «un tejido comercial donde poder comprar comida fresca, los mercados de barrio, fruterías...». Y por supuesto, los ascensores en los barrios altos (ya hay más de 40).
Todo ello forma parte de la estrategia municipal para afrontar un futuro envejecido. Otra prueba son los parques biosaludables, esos con máquinas para que los mayores se ejerciten. También es cierto que parece más fácil dar respuesta a esto, a hacer una ciudad más amable con los mayores, que a la otra variable de la ecuación: hacer una ciudad atractiva para que lleguen jóvenes. Ahí se está trabajando, pero, de momento, con resultados poco visibles.
29% es el porcentaje de personas mayores de 65 años que tendrá Bilbao en 2030, según las proyecciones demográficas que baraja el Ayuntamiento. Es decir, para entonces, casi uno de cada tres bilbaínos estará por encima de esa edad. Hoy suponen el 24% de la población, y hace sólo una década, en 2008, era el 21%.
Por barrios. Según el estudio Bilbao 2030, elaborado hace unos años por el Observatorio municipal, el distrito más envejecido dentro de una década será Otxarkoaga-Txurdinaga, donde el 32,8% de los vecinos tendrá más de 65 años. Le siguen Begoña (32,2%), Deusto (31,6%) y Uribarri (31,5%). En el extremo opuesto están Abando e Ibaiondo (21,1% y 23%, respectivamente), que serán los más jóvenes. En Rekalde la proporción rondaría el 27%.
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