![Olabeaga gana paz y pierde coches con la expansión de la OTA por sus calles](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/07/01/biz-olabeaga-kEqH-U220588441430xtB-1200x840@El%20Correo.jpg)
![Olabeaga gana paz y pierde coches con la expansión de la OTA por sus calles](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/07/01/biz-olabeaga-kEqH-U220588441430xtB-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Hay dos razones muy mayoritarias por las que personas que no viven en Olabeaga se adentran en el barrio. La primera es disfrutar del paseo junto a la ría de camino hacia Zorroza y quizás tomarse algo de paso en alguno de los bares y ... restaurantes que miran al Nervión y a la isla de Zorrozaurre. La segunda razón es dejar el coche aparcado gratis en zona blanca y caminar al centro de Bilbao, a San Mamés o al destino que sea en la ciudad.
Pues esto último ya es historia. Hoy entra en funcionamiento la OTA en Olabeaga para poner punto final a esa vocación que tenía hasta ahora el barrio de parking en el que visitantes de fuera podían dejar el coche. Eso era un incordio para buena parte del vecindario, que no encontraba sitio para aparcar de lo saturadas que estaban las calles. Un estudio elaborado por el Ayuntamiento certificó que el nivel de ocupación en las zonas de estacionamiento se acercaba durante casi todo el día al 100%. Y que ocho de cada diez coches no pertenecían a vecinos, sino que llegaban de otros municipios u otras zonas de Bilbao.
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plazas de estacionamiento en superficie hay en Olabeaga, que hasta ahora estaban ocupadas al 80% por automovilistas de fuera. El barrio también cuenta con 163 parcelas privadas. Con la llegada de la OTA se espera que los 457 turismos de vecinos del barrio no tengan problema de aparcamiento.
Fueron las propias asociaciones vecinales las que pidieron que se extendiese la OTA hasta aquí, igual que lo hicieron antes las de San Ignacio, Elorrieta, Ibarrekolanda, La Peña y Arangoiti. Se va así extendiendo la zona de pago a la periferia de la ciudad.
Bueno, lo primero es matizar que cualquier vecindario es muy heterogéneo y no es lo mismo la asociación que el conjunto de residentes. Así que el viernes, en Olabeaga, preguntadas varias personas por la calle, lo primero que llamaba la atención era la alta proporción de población que vivía totalmente ajena a un cambio que posiblemente condicione su vida, que no sabía que llegaba la OTA pese a que las líneas verdes ya estaban pintadas, que desconocían la posibilidad de que los residentes pudiesen aparcar sin límite por 48 euros al año, y que había sido el propio colectivo vecinal quien había pedido la implantación de la medida.
No está en el grupo de desinformados Sara, satisfecha con el cambio. «Esto lleva mucho tiempo siendo insoportable», se lanza. Y habla de las horas que ha perdido dando vueltas cuando llegaba del trabajo para encontrar un sitio donde aparcar en el barrio. También menciona el martirio en los días de partido, cuando «dejan los coches incluso frente a los portales, tan cerca de la puerta que a veces cuesta salir de casa». Así que ella está entre quienes se felicitan por el cambio y pronostican que «los 48 euros que me va a costar la tarjeta de residente me los voy a ahorrar en gasolina». Y, sobre todo, en tiempo.
Pero cuidado, que no todo el mundo anda en la misma órbita. «Veo en el periódico que el Ayuntamiento insiste mucho en que la OTA la han pedido los vecinos. Pues yo soy vecino y no la he pedido», se revuelve Carlos Llano, que lleva ocho años en el barrio. Sí admite que a menudo no era fácil encontrar sitio, y sabe que «otros vecinos decían que no podían aparcar por la noche». Pero «yo me arreglaba». Así que no está contento. Primero, porque «aunque estoy empadronado aquí, mi coche no tiene esta dirección, así que tengo que cambiarlo. Pero en Tráfico no me atienden, si lo quiero hacer online no me vale la BAK, así que he pedido dos veces el código y no me llega...». Le parece un poco de lío todo esto. Y luego está lo de los 48 euros. «¿Es mucho o es poco? No sé, lo que sé es que hasta ahora yo no pagaba nada». En fin, que se pone irónico y concluye con cierto aire de autoparodia que «a mucha gente lo de la OTA le vendrá bien y a unos pocos avinagrados nos vendrá mal».
Y a otros les da exactamente igual, como a Imanol, que pasea en zapatillas. «A mí lo que me interesa es que se acabe con las cacas de perro, que esto está indecente». Es verdad que se ve a mucha gente con sus mascotas. También señala a la obra que tiene cortado un tramo de la calle Muelle Olabeaga, la principal, la que discurre frente a la ría. «Nos van a tener hasta dentro de un año sin poder pasar». Tiene todo ese entorno un aire como de renacimiento porque el tajo aquí tiene su reflejo en la otra orilla, en Zorrozaurre, ya que lo que se está haciendo son las canalizaciones bajo la ría de los servicios que requieren los nuevos desarrollos urbanos de la isla.
Por ahí pasa María que, enigmática, se define como «vecina ocasional». «Me parece fatal lo de la OTA. Más impuestos que pagar. Estoy hasta aquí de pagar», y se pone la mano horizontal por encima de la cabeza. Claro, ella no suele venir aquí en coche. Pero la filosofía no le gusta, vamos.
En el restaurante La Lonja están Serafín, Juan Carlos y Yanjul preparando un salmorejo que se ve finísimo. «Que ya estamos en verano», dice el primero. Pero mira hacia la calle gris y le da la risa. Cuando se les pregunta por la OTA hacen el resumen perfecto de la situación. «Ahí arriba hay un coche que lleva un mes aparcado, sin moverse», señala Yanjul hacia un punto indeterminado. «Y para los vecinos es un problema aparcar. Ahora lo tendrán mejor. Yo mismo, a veces, traía el coche. Pero ya no lo haré», continúa Serafín. ¿Esta nueva situación será buena o mala para los negocios? Juan Carlos comienza razonando que quizás ahora la gente tenga más reparos en venir en coche «porque les saldrá más costoso». Pero Serafín contrapone que posiblemente lo hagan más ante la perspectiva de tener sitio donde aparcar.
Pero en lo que todos están de acuerdo, y concluyen con fácil naturalidad, es en que «nos acabaremos acostumbrando a esto, lo mismo que nos acostumbramos a todo».
Se puede pedir distintivo de residente en la web bilbao.eus, en la Oficina de Atención Ciudadana (Lersundi, 5) y en el 944701047.
Horario residencial
Olabeaga tiene consideración de área residencial, con lo cual no tiene horario continuado de OTA. Es decir, la OTA funciona de lunes a viernes de 9.00 a 13.30 y de 15.00 a 19.00 horas. 48
euros es la tarifa anual para que los residentes puedan estacionar sin restricciones. Para adquirir el distintivo hay que estar empadronado en el barrio en el mismo domicilio que figure en el permiso de circulación del vehículo. Hay una tarjeta por residente, y un máximo de dos por domicilio.
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