La Otxoa (Bilbao, 1947) tiene toda la pinta de arrasar la próxima Aste Nagusia con un espectáculo que repasa su vida y donde vuelve a cantar.
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- ¿'¡Agur, Otxoa Feroz!' supone su epitafio artístico?
- Si no me llama Madonna para un dueto, será ... la despedida.
- ¿Se imaginaba la carrera artística que iba a hacer?
- No. Solo tuve impedimentos en mi vida.
- ¿De qué tipo?
- Mi padre no quería que cantase ni que jugara al fútbol. Era un extremo derecho muy fino. ¡Cómo driblaba! Pero él solo quería verme detrás de la barra para txikitear él y tenerme ocupado.
- Vaya.
- Pero tuve una infancia muy feliz rodeado de mis primos, mi madre y mis cinco tías.
- ¿Cómo le fue la adolescencia?
- Sin malicia y haciendo lo que quería. Hoy sería un niño explotado, pero en aquella época me ponían una banqueta en el mostrador del bar César y servía txikitos que abultaban más que yo. Mi padre siempre andaba amenazándome por llegar tarde a casa. 'Algún día te voy a cerrar la puerta', decía. Creé muchos conflictos entre mis padres, que se llevaban de maravilla. Así que me quité de en medio.
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- ¿Cómo?
- A los 17 años estaba tan harto de estar amarrado que me fui a Torremolinos.
- Confiesa que siempre le gustaron los chicos. ¿Tuvo muchos amores a hurtadillas?
- Nunca entré al armario. Yo era mi propio psicólogo. Un día pasando por el Casco Viejo vi miradas de complicidad y supe que no estaba solo. '¡Hijo, ten cuidado!', repetía mi ama. Me aconsejaba no pasar por un callejón oscuro donde se metían los homosexuales a ligar. Decía que allí robaban mucho. Sabía mi condición, pero no me quería herir.
- Por eso son madres.
- Con 14 años le dije que era mariquita. Como era tan fanático del fútbol y me veía pegarme todos los días con chavales, se reía. Hasta que se dio cuenta de que no era ninguna mentira.
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- En el 68 acabó en la cárcel de Barcelona.
- Empecé a trabajar en 'La reja dorada', donde cantaba y servía copas. Hicieron una redada gigantesca. Se llevaron a toda la gente de los cabarés y al público que frecuentaba los bares gais.
- ¿Cuánto tiempo pasó en la cárcel?
- Nos detuvieron en marzo y salimos en mayo. Fue la primera conducción de homosexuales. Salimos de La Modelo y nos llevaron al penal de Burgos pernoctando en las cárceles de Zaragoza, Pamplona, Carabanchel y Palencia. Fue como un vía crucis.
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- ¿Lo pasó mal?
- Qué va. Estuve encantado. Ligué como una loca.
- Luego llegó el pelotazo de 'Libérate' en 1979.
- Al poco de morir mi madre, con solo 51 años, puse un bar en el casco. En el 'Uomo' servía copas y con un micro cantaba. Paco Crespo, un periodista de EL CORREO, me hizo una entrevista titulada 'El Julio Iglesias del Casco Viejo'. A partir de ahí, los de Federico Ezkerra me llamaron para hacer un vídeo y me preguntaron si no me importaba disfrazarme de chica en fiestas.
- ¿Y?
- Fue la revolución. Cantaba el 'Libérate', 'Los purillos', 'Vaya hembra'... Fue la bomba. La gente disfrutaba subida en tejados, puentes y barandillas.
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- Con ninguna de las tres cosas. En Barcelona no triunfaba por mi timidez. Pero transformistas como 'Bambi' fueron mi inspiración. Me dije 'oye, ¿y si me pongo una peluca?' Me metí en el camerino, me maquillé, me disfracé y toda la timidez se me fue para otro sitio. Antes del 'Libérate' también me hicieron vestir de mujer en el Garden para una fiesta de los periodistas y la armé gorda.
- ¿Le gustaba vestirse a todas horas de mujer?
- Nunca. Jamás. Todo lo contrario. Odiaba hacerlo.
- ¿Por qué?
- Es mi uniforme en el escenario, pero para mí era un martirio maquillarme y ponerme todo eso encima. Yo elegí el personaje y triunfó, pero José Antonio Nielfa no triunfó. Triunfó La Otxoa.
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- Fue una escuela muy importante. Yo era generoso y nunca dejaba que el bar se quedara vacío. Si se iba la gente, les invitaba a una copita.
- Todo el mundo pasaba por la barra de La Otxoa.
- Todos los futbolistas del Madrid y Barcelona, incluido Johan Cruyff, Lina Morgan, Lola Flores, Rocío Jurado... Un día estaba en un hotel y una productora americana vino a recogerme en una limusina porque James Bond estaba esperándome en mi bar. Era Pierce Brosnan.
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