![Las obras de la Supersur irritan a los vecinos de Seberetxe y Buia](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202006/29/media/palacio-seberetxe.jpg)
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pello zupiria
Lunes, 29 de junio 2020, 18:41
Las obras de la Supersur se han convertido otra vez en objeto de queja para los vecinos de Seberetxe y Buia, a pocos metros de los trabajos. Hace unas semanas entraron en la fase de la construcción de un túnel, para el cual se ... están abriendo paso a base de explosiones. Ante esta situación, la Plataforma contra la ampliación de dicha autopista ha denuncia las molestias que ocasionan las voladuras a los ciudadanos de estos barrios. «Se realizan a lo largo del día y de la noche y además de ruido, producen vibraciones; lo que está suponiendo una importante merma en nuestra calidad de vida», señala la organización.
El malestar causado por las explosiones se ha extendido entre los habitantes de Seberetxe. Tienen claro que las obras no van a cesar por ellos, pero eso no les impedido pedir a los trabajadores que intenten hacerles la vida más fácil. Es el caso de Pedro Maredallo y Merche Mendizabal, que pasan el verano en el baserri de la familia de la mujer junto a sus dos nietos, de dos y cuatro años. «Al día suele haber unos cinco, pero los peores son los de la madrugada, entre la una y las dos. Pasa un coche con una sirena para avisar de que van a comenzar, y claro, pues despiertan y alteran a los críos a deshoras. Le tuve que decir al jefe de obra que cuando pasase por mi casa no hiciese ruido», advierte el hombre, que afirma que «no queda otra cosa que admitir que van a seguir».
Otra de las razones por las que Maredallo se ha dirigido a los responsables de los trabajos, es el delicado estado de los caseríos que conforman este barrio. «Son edificios con paredes de piedra rellenos de barro, le dije al director que cómo estaban haciendo las explosiones tan cerca», explica. Aún así, asegura que técnicos de la Diputación colocan medidores de ruido y sismógrafos para calibrar la fuerza de los estruendos.
Su vivienda aún no presenta ningún deterioro debido a las obras, pero sí lo ha hecho el Palacio Seberetxe, a pocos metros de la vivienda de Maredallo y Mendizabal. Según la plataforma Supersur Ez, a este inmueble del siglo XVII y catalogado como 'monumento' por el Gobierno vasco «le han aparecido grietas y desprendido trozos de pared», aunque tuvo que ser atornillado hace unos años por la colocación de un nuevo tejado. Justo enfrente viven María Pilar Moja y Eugenio Padera, que aseguran que «si pegan fuerte, mueven toda la casa, vibran los cristales y los perros se vuelven locos». Asier Rodríguez, por su parte, confiesa que «es una locura», y que han aflorado víboras, serpientes y ratas, antes ocultas bajo la tierra.
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