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Las obras de la Facultad de Medicina en Basurto se han vuelto a retrasar y, por el momento, no tienen fecha de pistoletazo oficial de ... salida. A finales de mayo, la rectora de la UPV/EHU, Eva Ferreira, mostró su confianza en que los trabajos de uno de los grandes proyectos de la institución académica en esta década comenzaran antes de agosto, algo más tarde de los plazos previstos -en principio se había fechado para antes del inicio del verano-. Sin embargo, fuentes del equipo rectoral confirmaron a este diario que no se prevé que puedan arrancar «hasta otoño».
La idea es iniciar la actividad docente e investigadora en el curso 2024-2025, pero se desconoce si la demora en el arranque de los trabajos podría poner en peligro estas previsiones. Al parecer, «alguna cuestión burocrática o presupuestaria» ha desbaratado los planes originales. Lo que sí está claro es que el nuevo edificio, adjudicado por 53,4 millones de euros, aspira a consolidar la capital vizcaína como ciudad universitaria y a que la institución docente estreche lazos con el sector sanitario.
Las obras de las nuevas instalaciones universitarias contemplan un edificio de forma triangular y ocho plantas junto al hospital de Basurto, un espacio totalmente innovador y dotado de las tecnologías más punteras para profundizar en la investigación de las ciencias de la salud. La facultad de Basurto, que se levantará sobre un solar de 5.200 metros cuadrados, acogerá 71 aulas, 206 despachos para docentes e investigadores, 191 laboratorios y un animalario con su zona de quirófanos, un área de ultracongeladores, un biobanco y salas radiactivas. Además de los grados de Medicina y Enfermería -que actualmente cursan 1.500 y 690 estudiantes, respectivamente-, se impartirá Fisioterapia y siete másteres.
Mientras, Osakidetza analiza cómo reorganizar sus espacios en el hospital de referencia de la capital vizcaína a causa de la ejecución de este proyecto. Las obras generarán un nivel importante de ruido y vibraciones a escasos metros del centro sanitario, lo que dificultará la correcta atención a los pacientes. Dos serán los pabellones más afectados: Arrupe y Ampuero. En el primero están ubicadas las consultas externas de varios servicios. El segundo acoge las plantas de hospitalización de Neurología y Neurocirugía o las unidades de Ictus y Electroterapia. La dirección del hospital bilbaíno ultima un programa de reorganización de espacios para tratar de minimizar las molestias a los pacientes de estos servicios y garantizar que las pruebas que allí se realizan se sigan efectuando con la misma precisión. Aunque para ello tengan que realizarse en otro lugar más alejado de los trabajos.
El problema es que las actuales instalaciones sanitarias de Osakidetza tienen prácticamente todos sus espacios ocupados. Hay que buscar sitio para reubicar a esos pacientes y servicios. Y no es tarea fácil. Para hacerles hueco es necesario recolocar otras prestaciones sanitarias. Una reacción en cadena que, en el caso de las consultas ambulatorias, afecta a ocho especialidades.
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