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El Gobierno central ha decidido partir en dos el proyecto para conectar el trazado vasco del Tren de Alta Velocidad con el navarro. Giro de guion. Vista la tormenta política y que los trabajos técnicos que deben realizarse en la sierra de Aralar antes de ... dirimir si el trazado atravesará Álava o Gipuzkoa aún se van a prolongar durante «meses», el Ministerio de Transportes ha optado por ir avanzando con el tramo Alsasua-Pamplona, para el que solo existe una alternativa. El objetivo es que durante 2025 pueda quedar perfilado el trabajo administrativo y se pueda empezar a pensar en las obras.
Los nuevos planes, avanzados por el secretario de Estado de Transportes y Movilidad Sostenible, José Antonio Santano, en la Cadena Ser, pasan por elaborar un estudio informativo propio del tramo que debe ejecutarse en territorio navarro, «el 50% de la conexión con Euskadi». El estudio informativo existente ahora mismo, redactado en 2018, incluye todo el recorrido y no puede ser aprobado hasta que se decida si el TAV avanzará hacia la comunidad foral por Vitoria o por Ezkio-Itsaso. Desgajar las obras «nos permitirá ir rápidos, avanzar y demostrar la voluntad de Ministerio», ha dicho Santano.
El tramo Pamplona-Campanas tendrá una longitud de 21,3 kilómetros de los que poco más de 3 se ejecutarán en túnel para salvar las sierras de Zabalgaña y Satrústegui. Su complejidad es mínima si se compara con su posterior extensión hacia Euskadi. Por Vitoria habrá que ejecutar un ramal de 75 kilómetros, y si lo que se elige es llegar a Ezkio se necesitará una vía de 55 kilómetros de los que prácticamente la mitad corrresponderán a un túnel a perforar en la sierra de Aralar.
Realmente la decisión de acelerar el «tronco común» de la nueva conexión ferroviaria entre Euskadi y Navarra se adoptó en septiembre de 2022 en una reunión mantenida por la entonces ministra de Transportes, Raquel Sánchez, y el que fuera consejero de Cohesión Territorial del Gobierno de María Chivite, Bernardo Ciriza. Se habló entonces de tramitar el tramo «de forma independiente» porque fue precisamente en aquel encuentro en el que se decidió ampliar «un año» los análisis geológicos en Aralar antes de elegir entre la opción de Vitoria o la de Ezkio.
Lo que ha ocurrido desde entonces es de sobra conocido. La tormenta política en torno a la ruta que debe seguir el TAV ha ido ganando intensidad y el Gobierno central ha mantenido aparcado el proyecto. Demasiadas opciones de herir sensibilidades en pleno carrusel electoral. Desde 2022 ha habido elecciones municipales, forales, autonómicas y generales. Ahora el Ministerio de Transportes quiere meterle otra marcha pero se encuentra que los estudios de Aralar avanzan mucho más despacio de lo anunciado hace dos años. Los sondeos en la muga entre Gipuzkoa y Navarra no arrancaron cuando debían por la negativa de particulares y algunos ayuntamientos de la comunidad vecina que se negaron a que los técnicos entraran en terrenos de su propiedad. Además es que las pruebas van a ser «más difíciles de lo previsto», por lo que van a alargarse durante buena parte de 2025. La complejidad de la sierra de Aralar obliga a hacer perforaciones «muy profundas» y en gran cantidad, según ha explicado Santano.
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