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La obra para abrir una senda de acceso al Guggenheim de Urdaibai arrancará en otoño

La obra para abrir una senda de acceso al Guggenheim de Urdaibai arrancará en otoño

El Gobierno vasco invertirá 1,5 millones en la primera fase de un camino de madera sobre la marisma pese al recelo inicial de la Diputación

Lunes, 16 de septiembre 2024, 01:18

El Gobierno vasco empezará a construir este otoño una senda peatonal muy cerca de los astilleros de Murueta, el emplazamiento donde se aspira a levantar una de las dos sedes en Urdaibai del museo Guggenheim. Apenas serán 370 metros de recorrido, pero el proyecto tiene gran importancia porque este camino se habilitará sobre la propia marisma y supone el primer eslabón de un posible acceso al futuro equipamiento, avanzando en la idea de que una pista para viandantes conecte Gernika y el centro cultural.

El proyecto, que el Ejecutivo autonómico no ha vinculado en ningún momento al Guggenheim, tiene también una marcada trascendencia simbólica, ya que los grupos ecologistas y sociales que se oponen la han encajado como la «primera agresión a la Reserva de la Biosfera» ya sobre el terreno.

El plan se va a llevar adelante pese a que contó en su momento con el rechazo frontal de la Diputación, lo que generó tensión entre ambas instituciones. Hace tres años, la administración vizcaína advirtió de que la senda podría provocar graves consecuencias en el entorno, en especial sobre algunas especies que están en peligro de extinción, como el pez espinoso o el visón europeo.

La Diputación dice apoyar ahora el proyecto porque, asegura, ha sido modificado y «consensuado» por ambas partes. El Gobierno vasco ha aceptado dejar por el momento en suspenso un segundo tramo de la senda que había previsto. Y ha introducido una larga batería de medidas correctoras sugeridas por los técnicos forales, con el objetivo de reducir posibles daños.

La obra, además, acaba de obtener el visto bueno del Gobierno central, a través de la Demarcación de Costas en el País Vasco. Este organismo ve con buenos ojos algunos aspectos, como la eliminación de un sistema de diques, aunque también deja patente en uno de sus informes que el itinerario peatonal tendrá un coste: «Es reseñable el impacto ambiental y visual del proyecto de construcción de la pasarela en la zona de la Reserva de Urdaibai», se dice en un documento al que ha tenido acceso EL CORREO.

La senda peatonal que se quiere construir unirá la punta de Murueta con La Tejera. Es una zona de difícil tránsito en la actualidad y, por su estado salvaje, constituye el punto más crítico si se quiere hacer un acceso peatonal al museo en el futuro. Comienza prácticamente donde acaba el corte de la ría de Gernika (que sí está urbanizado). En ese punto hay un brusco giro hacia la izquierda y la pista deja paso a un senderito de anchura inferior a un metro. El caminillo lleva a la zona de embarcaderos y de La Tejera, muy cerca del desaparecido apeadero de Euskotren. Precisamente, uno de los motivos por los que se ha dejado sobre la mesa la continuidad de la segunda fase del camino es porque se está estudiando desde el propio Gobierno vasco qué hacer con la línea férrea y su posible uso como puerta de entrada al Guggenheim de Urdaibai.

Lo cierto es que los 370 metros proyectados, que se ejecutarán gracias a una subvención europea, atraviesan una zona terriblemente sensible de la marisma. Y, con los cambios introducidos, se hará mediante una plataforma de madera suspendida sobre las aguas, lo que se viene a conocer como palafito.

Ni bicicletas ni perros sueltos

Aseguran fuentes cercanas al proyecto que el estudio de impacto ambiental ha sido «riguroso». Uno de los trabajos consiste en eliminar las 'munas', unos pequeños diques que se construyeron antaño para desecar la ría y poder aumentar el suelo destinado a la agricultura. Al excavarse estos muros, se van a inundar los terrenos aledaños. «Se ganarán 20 hectáreas de marisma (unos 28 campos de fútbol)».

¿Qué condiciones ha impuesto la Diputación a la hora de autorizar la senda? Algunos de los aspectos en los que ha incidido es en que se debe controlar el acceso de personas para evitar una masificación (el museo atraería a 140.000 visitantes al año). Además, se ha prohibido que sobre el palafito vayan bicicletas o patinetes. El palafito será exclusivo para peatones. Igualmente, no se permitirán perros sueltos. En los estudios ambientales se destacaba que los canes podrían estresar o generar molestias al visón europeo.

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