Joseba Segura fue el único obispo que se detuvo a saludar el pasado lunes 4 a las víctimas de la pederastia eclesial y a sus familiares, que se habían concentrado ante la Casa de la Iglesia, la sede de la Conferencia Episcopal Española, en la ... calle Añastro de Madrid, donde los prelados iban a celebrar su Asamblea Plenaria. Entre ellos estaba Juan Cuatrecasas, padre del exalumno del 'caso Gaztelueta', que está siendo sometido a una segunda investigación por parte del Vaticano. Por cierto, el presidente de este tribunal, José Antonio Satué, obispo de Teruel y considerado el 'tapado' del cardenal Omella para su sucesión en Barcelona, no obtuvo ningún voto en las elecciones de sus hermanos pese a estar en algunas quinielas.
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Sí los consiguió el obispo de Bilbao, que no pasó desapercibido en esa cumbre episcopal. Monseñor Segura anotó dos respaldos en la votación previa de sondeo, lo cual quiere decir que alguien se había fijado en él, cuando hubo otros 68 prelados que no obtuvieron ninguno. Descartados los cargos máximos de la institución, inalcanzables todavía, Segura sí fue promocionado a la presidencia de la Comisión para las Misiones y la Cooperación con las Iglesias con el apoyo de 40 sufragios de 78. No se trata de una esfera estratégica, pero lo importante es que le asegura un asiento en la Permanente, la segunda línea de gobierno de la Conferencia Episcopal, por debajo de la Comisión Ejecutiva, auténtico 'consejo de ministros'.
Para formar parte de la Ejecutiva, copada por el sector conservador, sí ha sido reelegido el gerniqués Mario Iceta, exobispo de Bilbao y actual arzobispo de Burgos, que sigue apareciendo como 'bisagra' entre las distintas sensibilidades del episcopado. Se puede decir que la presencia de Segura en ese órgano colegiado es una pica del sector más 'francisquista', que ha conseguido situar cerca de la cúpula a uno de los suyos. Aunque ha salido del Consejo de Economía y del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia, ahora tendrá que viajar más a Madrid y dar la cara, aunque su nuevo cometido no le exigirá tomar posiciones ideológicas.
El obispo tiene cubiertas las espaldas porque pronto contará con un obispo auxiliar, que le descargará de trabajo, sobre todo en la agenda de representación. El Vaticano dio luz verde hace más de tres meses para buscar al 'número dos' de la diócesis vizcaína e iniciar las consultas pertinentes, y monseñor Segura así lo trasladó a los órganos que le ayudan en su tarea de gobierno. Roma tiene desde hace tiempo una terna en la que, según fuentes conocedoras del proceso, figurarían un sacerdote diocesano y dos religiosos vascos de órdenes muy carismáticas, todos ellos jóvenes y muy bien preparados, según se aprecia en sus currículums.
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Por su parte, el obispo de San Sebastián, Fernando Prado, periodista, es miembro de la comisión para las Comunicaciones Sociales. Su predecesor, José Ignacio Munilla, ahora obispo de Orihuela-Alicante, le acompaña en ese misma área. El de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha pasado a la comisión de Evangelización, Catequésis y Catecumenado. A este mismo departamento ha sido incorporado el navarro de Etxarri-Aranatz Mikel Garciandía, recién nombrado obispo de Palencia.
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