El Obispado dará un lugar destacado a las víctimas de abusos en el acto del perdón

La Diócesis ultima los detalles de este evento, que servirá para pedir un perdón «sincero ante las víctimas, ante los fieles que asistan al templo y ante Dios». Se trata de una ceremonia inédita a nivel estatal, en tanto que es una convocatoria dirigida expresamente a reconocer públicamente el dolor causado y que además tendrá lugar en el principal templo de la Iglesia vizcaína.

El evento, que arrancará a las seis de la tarde, será un acto oracional. El peso de la ceremonia lo llevarán los rezos compartidos, con los que se pretende transmitir un «perdón profundo» a quienes han sufrido abusos. No se enmarcará en una eucaristía -la misa en esta parroquia es a las siete- y no está prevista, al menos por el momento, ninguna homilía.

Presidirá el acto el obispo, Joseba Segura. La intención es que sea diferente a otro tipo de concelebraciones masivas, en las que el prelado suele estar acompañado de un elevado número de sacerdotes. La apuesta para este viernes es que sean pocos los curas que se sitúen junto al obispo en el altar, donde se baraja que también haya alguna víctima. Serán las protagonistas. A ellas se dirigirán las oraciones e incluso se les ha ofrecido la posibilidad de tomar la palabra.

También se quieren incluir otras ofrendas o ritos en los que participen estas personas, aunque portavoces oficiales del Obispado no han querido avanzar los detalles del encuentro hasta que estén cerrados definitivamente. La extensión de la cita oracional, de acuerdo a las previsiones que manejan los organizadores, no irá mucho más allá de la media hora, durante la que se intercalarán algunas piezas musicales seleccionadas de forma cuidadosa para esta ocasión.

La del viernes será una jornada especial para muchas personas que en su infancia sufrieron abusos en alguna institución religiosa vizcaína. Exigían algún tipo de reconocimiento público, de reparación, y el prelado hace tiempo que abrió la puerta a celebrar un acto solemne.

Será el viernes, en plena Cuaresma, «época de perdón y reconciliación; de penitencia por los pecados propios y ajenos; de renacimiento». Son días cargados de simbolismo, como lo estuvo la jornada en la que se presentó el informe que revelaba que habían contabilizado en Bizkaia más de medio centenar de afectados y 34 sacerdotes o religiosos acusados. Era Miércoles de Ceniza.