Es uno de los mejores decoradores de Europa. Lo mismo remodela tiendas de Loewe que transforma antiguos palacios en hoteles y embellece casas particulares de reyes, banqueros y clientes de clase media. Ha pasado recientemente por la tienda bilbaína de Gastón y Daniela, firma para ... la que realiza espectaculares colecciones de telas.
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- ¿Interiorista o decorador?
- Diseñador de interiores.
- ¿Es el más 'cool' del gremio?
- Ja, ja. No. Es un título que no me puedo ponerme yo. Te lo tienes que ganar y te lo tiene que dar, sobre todo, la prensa especializada.
- ¿Trabaja todo tipo de interiores?
- Trabajo tanto residencial como edificios públicos.
- No es precisamente Lorenzo Castillo el más discreto.
- Ja, ja. Bueno, la discreción no creo que sea una virtud.
- ¿Abruma con tanto barroco?
- Es que no pienso que sea barroco. Lo mío es un clasicismo reinventado, renovado y adaptado a los tiempos contemporáneos. No lo llamaría yo barroquismo.
- Ya.
- El barroquismo siempre es un exceso. No creo que yo caiga en el exceso. Mi estilo está muy medido y busca la armonía. El barroco realmente no es armónico.
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- Su propuesta excéntrica, con profusión de telas y estampados, huye de la contención.
- Sí, sí. Yo no soy contenido. Repito, la contención está en nosotros mismos. Aunque no lo parezca, detrás de ese apabullante estilo, que es muy intelectual, todo está muy pensado y reflexionado. Está muy apoyado en el arte, las antigüedades, los libros y, sobre todo, en la historia de las personas que van a vivir esos espacios. La coherencia es el rasgo más importante de mi estilo.
- ¿Más es más?
- Depende. Lo de 'menos es más' es un concepto que acuñó el minimalismo. Y el propio minimalismo ha terminado siendo un estilo clásico después de 50 años. Entonces, ¿más es más? Pues también es un clásico.
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- ¿El mayor error en decoración es convertir una casa en un símbolo de estatus social?
- Absolutamente. La pretensión es quizás el peor enemigo de la decoración y de la moda, o sea, de cualquier cosa. De ahí que insista en la importancia de la coherencia en el estilo de vida de la persona que va a vivir cada casa. Tienen que representarnos. Se nota enseguida cuando las casas no se viven.
- ¿Quizás porque a muchos les gusta parecer ser nuevos ricos?
- Bueno, lo de nuevos ricos es una expresión que no me gusta.
- ¿Por qué?
- Porque me parece muy insultante. Adoro a los nuevos ricos porque es precisamente gente que ha sabido crear sus fortunas de la nada. Los prefiero a un antiguo rico, ¿sabes? Tienen todo mi respeto. Es precisamente la gente que más libertad te da cuando les decoras sus casas. O sea, que haya muchos nuevos ricos en el futuro.
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- ¿Otro de los grandes errores es no conocerse y vivir en casas que tampoco nos reflejan?
- Es lo que te decía, la casa tiene que estar hecha a nuestra medida y ser un espejo de nosotros. Tiene que poseer reflejos de nuestra vidas, fotografías y familias y recuerdos de nuestros viajes, además de representar nuestra personalidad.
- ¿Qué es lo moderno hoy en día en decoración?
- Pues mira, lo moderno es pretender no ser moderno.
- ¿El minimalismo le parece antiguo?
- No es que sea antiguo, es clásico. Piensa que el minimalismo tiene casi 70 años de historia, si no más. El minimalismo está relacionado con el ascetismo. Su primer rasgo es la ausencia de todo lo ornamental y de lo que no es esencial para la vida.
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- ¿Qué es la buena decoración?
- La buena decoración es realmente la calidad de ejecución, no solamente el diseño. Yo trabajo con los mejores artesanos y hacemos todo a mano, con materiales naturales, nunca sintéticos. Muchísima sostenibilidad... eso es también la alta decoración.
- ¿Es mucho mejor tener poco y bueno que mucho y malo?
- Totalmente de acuerdo. 'Por favor, compren poco, pero que sea bueno', aconsejo siempre.
- ¿Prefiere pasearse por Ikea o por el Rastro de Madrid?
- No he estado nunca en Ikea.
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- Será de los pocos.
- Es algo que dije una vez en una entrevista y me llamaron de Ikea para decirme que estaba invitado a ir y coger cualquier cosa. Ikea me parece la antítesis de la decoración. Me parece la manera más fácil y aburrida de decorar una casa. El Rastro, en cambio, me parece la más sostenible y barata.
- ¿Solo le contratan los ricos?
- Nooo, por Dios. Mi cliente fetiche es la clase media. Yo adoro a la clase media. Yo soy de clase media y sólo quiero clase media. ¿Que luego tenga clientes que están un poquito más... y que les ha sonreído la vida? Bueno, pues también es verdad. Trabajo con casas reales, banqueros, empresas... ¡También los hay! Pero, para mí, la clase media es el motor de un país.
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