El nuevo Bosque de Oma comienza a cobrar forma y abrirá parcialmente este verano

Irrintzi Ibarrola, hijo del artista, y el diputado general, Unai Rementeria, visitaron ayer la primera fase de los trabajos para dar lustre al pinar de Basobarri junto a otras autoridades y al responsable de este operativo, Fernando Bazeta. Las labores han comenzado este mes de junio. Y Rementeria anunció que, a partir del 25 de julio, se abrirá al público el nuevo bosque para dar a conocer cómo se están pintando los troncos. Pero esta apertura será parcial y limitada, ya que sólo se admitirán visitas guiadas y previa reserva (se pueden solicitar desde el día 15 en el teléfono 94 465 16 57). Será en el verano de 2023 cuando los ciudadanos podrán caminar libremente por la intervención artística.

El nuevo bosque ha dado un estirón en cuanto a su superficie. Ha pasado de 4,5 hectáreas a las 13 de los nuevos terrenos, que tienen unas características similares en cuanto a pendiente del suelo y orientación. Hay que destacar que, dada la cercanía al anterior emplazamiento, se podrán seguir utilizando los mismos accesos y el parking y zona pública ubicada en Lezika, punto también de entrada a la cueva de Santimamiñe. La Diputación espera atraer a 100.000 visitantes cuando finalicen los trabajos dentro de 14 meses.

«Hace dos años -ha dicho el diputado general- tuvimos una gran crisis porque este precioso bosque de Agustín Ibarrola estaba muriéndose y teníamos que buscar una oportunidad. Tuvimos 27 opciones diferentes que se analizaron con expertos y al final se optó por este bosque. Hoy es un día muy importante y significado porque se están haciendo las primeras actuaciones que vamos a ver en el Bosque de Oma».

En el proceso que la Diputación ha denominado como 'traslado de la obra de Ibarrola' trabaja un equipo conformado por artistas plásticos, restauradores, expertos forestales de la empresa foral Basalan y especialistas y alumnos y alumnas de la UPV-EHU bajo el liderazgo del citado Fernando Bazeta, experto en la obra del artista vizcaíno y que ya llevó a cabo la restauración del bosque original entre 2013 y 2015. Las labores se harán en dos fases, coincidiendo con la época estival de este año y el próximo, dado que las condiciones meteorológicas tienen una fuerte influencia en el desarrollo de las mismas.

El Bosque de Oma fue comprado por la Diputación en 1990 y ha pasado diversas visicitudes desde entonces. La peste de la banda marrón ha sido la puntilla de la obra original, pero antes hubo épocas de abandono total y también se produjeron numerosos ataques y atentados por parte de grupos de la izquierda abertzale. Ibarrola se había significado en su apoyo a las víctimas del terrorismo.