Nuevo golpe comercial de Inditex: una macrotienda de Pull&Bear en la Gran Vía de Bilbao

Luis Gómez

Martes, 13 de octubre 2020 | Actualizado 14/10/2020 08:07h.

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Un golpe comercial de primera magnitud. Inditex sigue extendiendo su emporio en la Gran Vía de Bilbao. Mientras Desigual, la compañía catalana acaba de plegar velas por sus malos resultados económicos y se queda unicamente con el local del Casco Viejo, la cadena de Amancio Ortega acrecienta su liderazgo y estrenará a finales de año un nuevo local. Lo hará a lo grande con la apertura de una macrotienda de más de un millar de metros cuadrados. Un enorme toldo tapa desde hace semanas la fachada del inmueble. En tiempos de pandemia, el gigante textil afianza su presencia en el principal eje comercial de Euskadi a golpe de talonario. Desembolsará 60.000 euros mensuales por un edificio de 800 metros cuadrados de superficie en su planta noble, a ras de calle, y un sótano, de más de 400.

Tras la puesta en marcha, hace dos años y medio, de la flagship de Zara en la antigua sede de la BBK, Inditex vuelve a hacer suyo el lema de la calle es mía. Cambia de acera y abandona el espacio que durante los últimos años ha ocupado junto a uno de los negocios clásicos y más dulces de la capital vizcaína: la centenaria pastelería Arrese, uno de los pocos comercios locales, junto a la joyería Perodri, que se mantienen en pie en la Gran Vía. Pull&Bear, una de las principales enseñas juveniles, gana espacio. Se acomoda junto a una de las firmas rivales, la también catalana Mango –curiosamente la compañía que le ha alquilado la supertienda del número 23– y se acerca a Stradivarius, otro de los emblemas de Ortega.Todo en zona 'prime'.

El nuevo local profundiza en la estrategia actual de los grandes de la moda. Los nuevos tiempos se descubren con las aperturas de establecimientos de dimensiones colosales y dejan atrás el auge de las pequeñas tiendas. Se desmarcan de los comercios minoristas por el tamaño. Mientras antes ganaban metros a fuerza de sobreexposición apareciendo por todas las esquinas, ahora exhiben músculo financiero con el acondicionamiento de espectaculares macrocentros.

En esta ocasión, Pull&Bear vuelve a encontrar acomodo en inmuebles que van dejando libres los bancos, una constante que se repite cada vez con mayor asiduidad en las grandes ciudades, españolas y extranjeras. Inditex toma testigo en el número 17 de lo que fue la antigua sede del Banco Popular. El Grupo Santander se libra de sucursales y apuesta por la apertura de boutiques financieras de diseño, en línea con la política emprendida por otra entidades financieras como el BBVA o la Caixa. Bilbao perfila una nueva escenografía urbana.

Pese al avance de las ventas digitales, la presencia física se revela fundamental en la marcha del negocio textil a costa del pago de alquileres desorbitados. Solo las grandes cadenas puede permitirse semejantes dispendios en tiempos de recortes. Este desembarco ha enervado al comercio local, que vuelve a poner en la picota la llegada a la ciudad de firmas tan importantes. Rafael Gardeazabal, presidente de bilbaoDendak, juzga este aterrizaje como un «nuevo golpe» para el comercio pequeño. «Cada vez se nos complican más las cosas», lamenta. Cree que Pull&Bear «vulgarizará» el tejido local, restará identidad a la villa con propuestas vistas en casi todas las grandes urbes y aumentará el poder de sociedades que pagan sus impuestos en otros lugares.