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En la residencia que la Diputación gestiona en el barrio Santimami de Leioa Begoña y Maite han customizado sus habitaciones. Colores y ropa de cama a su gusto, flores, recuerdos y, por supuesto, fotos familiares o de quien les apetezca. Cuando salen del cuarto comparten con otra veintena de usuarios una zona de estar, la cocina y una terraza con vistas. Huele todo a nuevo y lo primero que intentan entre todos es sentar «las normas de convivencia». Como en toda comunidad que se precie.
En el centro foral de Unbe está germinando el nuevo modelo de cuidados que el Gobierno vizcaíno tiene en marcha desde hace unos años. Ante el progresivo envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida, los responsables de la Diputación decidieron dar un vuelco al modelo tradicional de residencias para intentar pasar a un modelo «personalizado» y en el que las personas «se sientan como en casa» cuando les toque vivir en un centro especializado.
En Leioa las obras arrancaron en 2021 y lo que se ha hecho desde entonces es transformar la cuarta planta de la residencia. Acoge dos unidades convivenciales en las que los mayores conviven como lo hacen Begoña, Maite y el resto de usuarios. Progresivamente se irán adaptando el resto de pisos, el segundo ya está en ello. La diputada general, Elixabete Etxanobe, ha visitado la mañana de este miércoles el centro de referencia y ha anunciado un «acelerón» en la «revolución de los cuidados».
La previsión es que Bizkaia pase durante los próximos años de las 476 plazas en 25 unidades convivenciales que ofrecen ahora mismo una docena de residencias públicas y privadas a sumar otras 37 unidades con capacidad para otro millar de residentes. Serán en total unas 1.400 de las 10.900 que funcionan ahora mismo en el territorio. La obra de Leioa es paradigmática porque va a requerir una inversión de 20,8 millones al erario público y porque marca una tendencia. Etxanobe ha confirmado que todas las residencias de titularidad foral que se ejecuten a partir de ahora estarán compuestas exclusivamente por unidades convivenciales. A los centros privados se les está ofreciendo «asesoramiento» para el cambio, aunque la decisión última es de sus gestores.
El nuevo modelo de cuidados vizcaíno incluye otras dos patas aparte de la transformación de residencias para hacerlas más acogedoras. Una es la implantación del sistema EtxeTIC, que permite monitorizar y acompañar a los mayores que opten por quedarse en sus hogares a través de medios telemáticos. La previsión es que a final de año once centros distribuidos por el territorio tengan capacidad de supervisar a 5.000 dependientes.
La otra son los centros sociosanitarios, un servicio intermedio entre las residencias y la hospitalización en el que se ofrecen estancias temporales y cuidados de «baja intensidad». Birjinetxe, en Bilbao, es el primer servicio de este tipo. La residencia de Leioa acogerá también una unidad de este tipo en su segunda planta, las obras que ha visitado hoy Etxanobe, y el centro sanitario de Gernika, otra. «Más allá del aspecto físico y arquitectónico, este cambio de modelo se centra en lo que sucede dentro de las residencias, la vida y las relaciones, dando un paso más allá de lo que entendemos por cuidados», ha dicho la diputada general.
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