La nueva Termibus se enfrenta a dos simulacros de incendio

Además de verificar el funcionamiento del sistema de extracción de humos, se quiere corroborar que el tiempo que la estación tarda en cargarse de humo durante un incendio resulta suficiente como para desarrollar el plan de evacuación por completo. Para ello, se expulsarán gases desde tres puntos diferentes: la zona de dársenas de la planta -2, el área de espera para los pasajeros en esa misma altura y la zona donde se regula el tráfico de los autobuses en el cuarto sótano. Se hará con el edificio vacío y, en todo caso, el humo es seco e inocuo para la salud. Aunque no mancha ni huele, su espectacularidad sí que puede alertar a los transeúntes que desconozcan la celebración del simulacro. El Ayuntamiento pide tranquilidad.

Este es uno de los últimos pasos obligados antes de que comience el traslado del servicio desde la terminal provisional, ubicada en los bajos de las torres de Garellano. El nuevo equipamiento soterrado, que pondrá fin a más de dos décadas de interinidad, eliminará los autobuses de la superficie y también reducirá el tráfico en la calle Luis Briñas, ya que el acceso se hará por Gurtubay, mucho más cerca de la salida hacia la autopista. Además, la finalización de la obra permitirá liberar una superficie total de 7.500 metros cuadrados para una nueva plaza. Mientras tanto, prosiguen las tareas para elevar un edificio de once alturas que albergará un hotel, una residencia de estudiantes y un centro comercial.