«La nueva longevidad no es algo negativo, es un reto»

En 2036, dentro de no tanto, el 30% de la población vasca tendrá 65 años o más, según la proyección realizada por el Eustat. En 2050 dos de cada cinco vascos habrán alcanzado esa edad. El cambio demográfico que viene plantea retos. La población estará más envejecida, pero a la vez debe intentar soplar más velas con la mayor calidad de vida posible. Y en esto la salud y las relaciones sociales van de la mano. Sobre todo esto se habló y debatió ayer la sala BBK, dentro de la jornada Gehiago Biziz + Vida.

Vivir más no solo consiste en cumplir más años. Este tiempo que se gana debería disfrutarse. Es lo que se ha denominado nueva longevidad. «No es algo que debamos ver como algo negativo, sino como un reto», indicaba Koldo Bilbao, responsable de Personas Mayores en la Fundación BBK. Esta entidad tiene en marcha varias iniciativas para fomentar las relaciones intergeneracionales, entre ellas BBK Topa. Acciones que buscan evitar que las personas de más de 65 años sufran soledad no deseada. Es por ello que animan a esta franja de la población a participar en proyectos que les evite esa sensación de vacío que algunas personas pueden sentir al jubilarse.

Para poder vivir esa etapa en plenitud es importante prepararse y llegar activos. Esto es algo que se consigue a nivel físico, con ejercicio, buenos hábitos y una dieta saludable, pero también a nivel mental. Mar Mendibe, neuróloga y directora científica del instituto de investigación sanitaria Biobizkaia, indicó durante la jornada que en Euskadi se diagnostican ahora más enfermedades neurodegenerativas. Algo esperable a ser la vasca una sociedad cada vez más envejecida. La más frecuente de todas ellas es el alzhéimer, aunque la que más está aumentado en los últimos tiempos en cuanto a número de casos es el párkinson.

Para llegar a una edad avanzada con una buena salud cerebral Mendibe aconseja «estar activos, y cuanto más mejor». ¿Cómo hacerlo? Dos buenas opciones son aprovechar la jubilación para aprender idiomas o a tocar instrumentos musicales.

A nivel físico también es importante cuidarse. Y si se puede comenzar a hacerlo antes de llegar a los 50 aún mejor. Luego es más difícil. Y no solo se trata de hacer ejercicio con cierta regularidad. La alimentación es otro elemento clave. «Lo que comemos influye en cómo nos sentimos», destacó Carmen Pérez, médica nutricionista. Por eso, además de sanos, los platos deben estar ricos «para que no se nos quiten las ganas de comer» a edades avanzadas, por encima de los 80 años. «Debemos aprender de lo que comen o cómo se mueven las personas que viven mucho, para copiarles y vivir más y mejor», aconsejó

¿El primer paso para hacerlo? «Restringir las calorías y las cantidades que comemos. Eso es algo que tiene repercusión en nuestra calidad de vida», afirmó la experta en nutrición. Pero claro, aquí la calidad también importa. Las frutas, legumbres y verduras, el pescado, el aceite de oliva y los productos frescos en general deben formar parte de la dieta de una persona que aspire a vivir mucho y bien. Los ultraprocesados no tendrían que aparecer en ella.

Vivir más y hacerlo en buen estado físico y psíquico implicará también que sean cada vez más las personas que quieran seguir trabajando más allá de alcanzar la edad de jubilación. «La longevidad es una palanca que puede transformar el mercado laboral, siempre que se pongan condiciones que favorezcan el empleo a partir de los 65 años», resaltó Juan Martín, director del Centro Internacional sobre el Envejecimiento (Cenie). Así no se perdería la experiencia de esos profesionales.

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