LEIRE PÉREZ
Domingo, 26 de septiembre 2021, 01:14
El barrio de San Miguel en Basauri no celebra en teoría sus fiestas patronales, únicamente desarrollará un programa cultural de bajo perfil a lo largo de los próximos días. Y aunque la mayoría de los vecinos han respetado las circunstancias y no han salido a ... las calles, algunos grupos de jóvenes han aprovechado la cita para juntarse, beber y escuchar música en la calle.
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Pasadas las 23.00 horas dos patrullas de la Policía Local, que mantiene un operativo especial junto a la Ertzaintza, han desalojado a varias decenas de chavales que estaban en los soportales del barrio. Algunos de ellos portaban bolsas y otros botellas de alcohol. No ha habido que lamentar altercados y los jóvenes han abandonado la zona cuando los agentes se han acercado al lugar, aunque han sido recibidos con gritos de «hijos de puta».
La intensa vigilancia de los agentes y las continuas rondas han evitado que se volviese a repetir la escena, aunque grupos de menores dimensiones se han desperdigado por el barrio posteriormente, aunque ya sin botellas. La Policía les ha vigilado de cerca.
El Ayuntamiento de la localidad anunció el viernes que se iba a desarrollar una labor preventiva de ambos cuerpos de cara a velar por las medidas de contención de avance del COVID-19. «Estas acciones preventivas se centrarán principalmente en evitar grandes aglomeraciones que vulneren las limitaciones ya conocidas o el botellón por parte de grupos de personas que de esa forma incumplan de manera intencionada las limitaciones en la actividad social decretadas por el Gobierno vasco», explicaron en nota de prensa.
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«Habrá una presencia permanente de patrullas de Udaltzaingoa y de la Ertzaintza que, de forma unificada y conjunta, se desplegarán tanto por aquellas zonas en las que la ciudadanía pueda requerir su colaboración ante cualquier necesidad o auxilio, como en las áreas susceptibles de concentración por parte de grupos descontrolados que irresponsablemente eludan la normativa existente y realicen concentraciones de botellón», añadieron.
Desde la institución local recordaron que «participar en un botellón conlleva una sanción de 600 euros». En los últimos meses, y hasta la fecha, se ha sancionado a más de un centenar de personas por esta práctica en el municipio.
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De cara a lograr la colaboración de los hosteleros para que la situación no se fuera de madre, la Guardia Urbana ha visitado en los últimos días todos los locales y les ha solicitado colaboración. «Desde ambos cuerpos policiales quieren agradecerles su disponibilidad e implicación en favor de un San Miguel cívico y ejemplar», detallaron.
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