Manu Cecilio

«Se veía venir; esas casas o se quemaban o se acababan cayendo»

Afectados lamentan el estado en el que han quedado el inmueble y los vecinos denuncian que «era cuestión de tiempo que pasara algo»

Sábado, 1 de febrero 2025, 00:29

El estado de los pisos ubicados entre el número 1 y 7 de Kareaga Goikoa han sido objeto de crítica desde hace tiempo por parte de los vecinos del municipio. Los residentes del barrio temían que se produjera una desgracia en el interior, pero también ... de puertas para fuera. En octubre de 2022, la zona tuvo que ser protegida para evitar la caída de cascotes a la vía pública.

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Ayer, eran muchos los basauritarras que no se sorprendieron en exceso por el incendio que devoró el edificio del número cinco. «Si es que esto se veía venir desde hace años. Están en un estado lamentable y si no era un incendio, esos edificios iban a acabar viniéndose abajo porque son prácticamente una ruina», lamentaba un residente del barrio. «Además, a saber cómo estarían por dentro, que también es un peligro para la gente que vive dentro. Poco ha pasado», añadía. En 2015, la inspección técnica reconocía que se no podía asegurar la «estabilidad ni la seguridad de sus ocupantes» y alertaba de la posibilidad de desprendimientos.

«Momentos angustiosos»

Entre los afectados y familiares de los mismos la tristeza y la incertidumbre era la tónica general. «Me avisaron y tuve que pedir permiso en el trabajo para venir y me he encontrado con todo el despliegue. Vivo con mi familia y nos han dicho que esperemos a ver qué solución nos pueden dar para dormir hoy porque llevamos aquí un año y medio y no tenemos más familia que nosotros», contaba ayer uno de los inquilinos del tercer piso del edificio incendiado.

Hasta el lugar también se acercaron familiares de los afectados que pudieron ser rescatados por los bomberos y salir ilesos del suceso: «Han tenido que evacuar a mi sobrina y sus hijos, pero en principio se encuentran bien», aseguraba una familiar de la mujer que habitaba con dos menores una de las viviendas del bloque.

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Cuando el marido llegó a la zona, se encontró con el incendio y no pudo ir en su busca para ayudarles: «Las escaleras son de madera y cuando el marido ha llegado y ha intentado entrar ya se las ha encontrado envueltas en llamas y no ha podido subir a casa. Angustioso», describía su familiar.

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