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Marina León
Jueves, 12 de mayo 2022, 07:51
«En Orduña tiramos 112.806 barras de pan al año». Este es solo uno de los datos extraídos del estudio sobre el desperdicio alimentario que se ha llevado a cabo en los hogares de la primera ciudad de Bizkaia. El diagnóstico tiene una misión clara: «conocer cuánta comida desechamos para posteriormente poner en marcha herramientas y medidas que nos permitan disminuir esa cantidad», explica la técnico del servicio municipal Ekoizpen, María José Imaz.
El informe revela que cada orduñés tira a la basura aproximadamente 80 kilos de alimentos anualmente, -más de 330 toneladas entre los 4.178 residentes- en su mayoría frutas y verduras (77,2%), después están los productos cocinados (21,7%) además de los pescados, carnes y huevos. Lo último que acaba en el contenedor son las conservas y otros productos no perecederos. También queda en evidencia que los días de la semana en los que más comida se desperdicia, «probablemente porque es cuando más se cocina», son los sábados y domingos. «Calculamos fatal las cantidades», asegura Imaz. «Estos alimentos se suelen desechar porque se ha servido una ración mayor que la que el comensal ha ingerido o porque se ha elaborado más comida que la que nos comemos», añade. La pandemia ha dificultado la recogida de datos, en la que han participado cerca de 140 familias, «pero hemos conseguido tener los resultados, los cuales nos muestran que tenemos un amplio margen de mejora», puntualiza.
La localidad cuenta con una cocina municipal que da servicio a la residencia de mayores desde 2015 y al comedor de la escuela desde hace cuatro años. Se ha analizado también el despilfarro de comida en estas instalaciones «y hemos visto que está bastante controlado. El problema reside principalmente en las casas», cuentan los responsables de la iniciativa.
Esta situación también provoca un daño considerable en los bolsillos de los vecinos. «Alimento que se tira, dinero que perdemos, además del importante impacto ambiental», indica la técnica. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2020 el consumo por persona en el País Vasco fue de 690 kilogramos al año y el gasto per cápita en alimentación fue de 2.000 euros. Teniendo en cuenta estos datos, «la pérdida de alimentos en los hogares de Orduña sería un 12% del gasto total que se realiza en alimentación. Es decir, que para cada persona supondría 240 euros menos anuales de los cuales al menos 65 se podrían haber evitado con unos sencillos cambios ya que la mayor parte de lo que se tira son productos que se han deteriorado», explica. «Para hacernos una idea más general, si lo trasladamos a los habitantes de Orduña serían un millón de euros perdidos», señala. Una problemática que se extiende al conjunto de la población y es que «es importante destacar que, con todo lo que se desperdicia en los hogares del municipio a diario, podrían alimentarse un centenar de personas cada día».
¿Cómo evitar que tantos kilos de comida acaben en la basura? Entre otras cosas «tenemos que aprender a medir mejor las raciones, aprovechar partes de los alimentos que por nuestra cultura gastronómica consideramos desechables y no tiene por qué ser así, como pasa con muchas hortalizas», apunta. En estos momentos el Ayuntamiento realiza diversos talleres, sorteos, tómbolas, ferias y otras actividades de sensibilización y concienciación enfocadas a reducir el desperdicio. «Este no es un proyecto que tenga una fecha final, la idea es que vaya calando poco a poco en la población», detallan fuentes municipales.
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