De igual forma que en otros municipios de la comarca, los vecinos de Galdakao tendrán que rascarse el próximo año el bolsillo para asumir el incremento generalizado del 3% en impuestos y tasas que ayer aprobó el Ayuntamiento, con el apoyo a favor de EHBildu ... y Usansolo Herria. El PNV votó en contra, mientras que el PSE y Auzoak, a pesar de compartir alguno de los argumentos de los jeltzales en contra de la subida, prefirieron abstenerse. La principal novedad dentro de la decisión municipal fue que el Ayuntamiento, en manos de la coalición soberanista, comenzará a aplicar la idea de que paguen más los que más tienen.
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A partir de enero aplicará la progresividad, es decir, habrá unas tablas en las que en función de los ingresos el impuesto será mayor en el IBI y en el gravamen de la circulación de las rentas más altas. También será diferente las cuotas que pagarán los galdakaoztarras, en función de su renta, por el uso de las instalaciones deportivas. Este modelo ya se venía aplicando en el Euskaltegi. Según explicó Alberto Eaolo, concejal de Hacienda, avanzan en este modelo en los tributos que se puede aplicar, porque en otros no lo permite la Diputación. El edil justificó la subida para «garantizar los servicios» y capear la «subida de los precios» que también padece en sus propias carnes la institución local.
No todos los impuestos subirán un 3%, por ejemplo, a los bancos se les cobrará un 10% más por instalar cajeros automáticos y se fijarán tasas fijas mínimas en la plusvalíaa y por acometer obras en casas. Así, aquellos que vendan un piso al menos deberán pagar 50 euros– este impuesto subirá cinco puntos hasta el 20%– y quienes realicen una obra menor en casa deberán asumir 40 euros y los que afronten una reforma total 100 euros, más el incremento del 3%. «Las tasas por la concesión de licencias de apertura, actividad y control en locales de hasta 50 metros cuadrados pasará de 387 a 773 euros», según denunció el PNV. Los jeltzales arremetieron duramente contra el gobierno local al que llegaron a acusar de un «gasto desmedido». «No lo decimos nosotros, lo dice la interventora. Se gasta sin control y ahora lo tienen que pagar los vecinos», advirtió la portavoz Ainhoa Agirregoikoa. «El remanente ha descendido de 38 millones en 2019 a 11 millones en 2023. No hay planificación, los galdakoztarras sufren la mayor carga fiscal de la comarca y este año los ingresos de Udalkutxa serán un 5,7% más», añadió.
El socialista Víctor Trimiño también hizo mención a los informes de la interventora, aunque se mostró a favor de la progresividad. «Hay una perdida de capacidad del ahorro y la forma de gestionar el gasto a base de titular y para salir en la foto que luego repercute en que haya que tomar medidas como esta», lamentó.
Usansolo Herria sí que apreció un «cambio de filosofía que supone apoyar a las familias más vulnerables, todos seremos más solidarios con los que menos tienen, aunque no es popular cuando supone modificar impuestos», resaltó Unai Etxezarraga. «Nos abstenemos, a Auzoak le parece algo importante una subida de tasas como esta y tenemos diferente punto de vista», defendió Monica Bailón.
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