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El Consejo de Ministros activó este martes el proceso para modificar la Ley de Bases de Régimen Local y reducir a 4.000 vecinos el mínimo necesario para que un municipio se separe de otro. La decisión forma parte del acuerdo alcanzado a comienzos de ... noviembre por el PSOE con el PNV para que los jeltzales facilitaran la investidura de Pedro Sánchez. La reforma de la ley es una cuestión trascendental para el futuro de Usansolo –que cuenta con algo más de 4.700 habitantes–, ya que, aunque el pasado año las Juntas dieron luz verde al proceso, todo se ralentizó por los recursos presentados por la Abogacía del Estado a la decisión. Ahora, está más cerca el momento en el que el municipio 113 de Bizkaia pueda empezar a gestionar sus propias arcas y proyectos.
En el caserío Txapelena, el ayuntamiento provisional donde se reúne la comisión gestora –el órgano que guía los pasos de Usansolo hasta que puedan celebrar sus propios comicios–, el presidente, Agustín Aizpuru, e Iñaki Urgoiti, miembro del equipo de gobierno de Galdakao y representante de Usansolo Herria, cuentan que aún no han asimilado todo lo que ha pasado en los últimos días: «Esto ya no tiene vuelta atrás», manifiesta satisfecho Aizpuru. «Este año nos ha tocado la lotería y se ha adelantado el Olentzero para nosotros», añade Urgoiti.
Ambos han estado detrás del proceso de segregación desde sus inicios. Formaron parte del anterior equipo de gobierno de Galdakao, liderado por el actual alcalde, Iñigo Hernando, que encauzó el trámite permitiendo a los vecinos decidir sobre el futuro de su pueblo.
«En todo este proceso no podemos olvidar el trabajo que han hecho y hacen en el Ayuntamiento de Galdakao, que nos han apoyado en todo momento, y la Diputación, con la que vamos de la mano. Son dos puntos a favor en todo esto», explica Urgoiti. El presidente asume que ahora llega la parte dura, «toca trabajar mucho. La gente piensa que vamos a empezar a sacar proyectos desde ya, pero este es un camino que pasa por inscribirnos como entidad local, pedir el número de identificación fiscal (NIF), hacer contrataciones...», desgrana Aizpuru.
Los dos se muestran unidos en el mensaje que quieren trasladar a sus vecinos: «No hemos venido a romper nada, sino a construir pueblo y aunque en el camino podemos tener desencuentros entre representantes, el buen ambiente que tenemos va a facilitarlo todo mucho». En sus palabras, la segregación podría hacerse efectiva «en un par de meses», pero su deseo se encuentra supeditado a los plazos de las Administraciones.
Los vecinos, por su parte, celebran la noticia y explican que «son muchos años y estoy contento de que se haya logrado», señalaba Antonio Lozana. «Contamos con muy buenos servicios, no somos tan dependientes de Galdakao, hay buenas tiendas, ambulatorio, comercios, el hospital...», repasa Asunción Sánchez, vecina de Usansolo desde hace medio siglo. Por su parte, Valentín Loizaga apunta que «ahora vamos a poder tener dinero y realizar obras para los vecinos, no dependeremos de Galdakao». Sin embargo, hasta que todo se vaya encauzando, «seguiremos de la mano de Galdakao, tenemos proyectos en común», subraya Urgoiti.
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