«Me han tenido que subir al vagón en brazos»

«No es una cuestión de hoy, llevamos años reivindicando estas medidas». Así se expresaba una de las participantes en la manifestación que recorrió ayer las calles de Bilbao. Organizada por el Movimiento de Pensionistas de Bizkaia, los asistentes reclamaban unos trenes de Cercanías de Renfe «accesibles para las personas con movilidad reducida».

Diferentes personas en sillas de ruedas encabezaron la marcha. En la Plaza Circular, junto a la estación de Abando, se encontraron con el resto de los colectivos provenientes de Orduña, Ugao-Miraballes y Basauri, entre otros municipios por los que pasa la línea C-3 de Cercanías, el blanco de sus críticas. Su objetivo era la sede de la subdelegación del Gobierno en Bizkaia, situada en la Plaza Federico Moyua. Allí se leyó un manifiesto en el que remarcaron sus peticiones: no solo mejorar la accesibilidad de los trenes, sino también la de las propias estaciones, ya que muchas de ellas no están adaptadas. La asociación había redactado una carta que buscaba hacer llegar hasta el ministro de Transportes, Oscar Puente.

Los testimonios de los manifestantes dan una idea de lo que supone para ellos un trámite tan cotidiano como coger el tren. «Me han tenido que subir en brazos y después la silla» comentaba uno de lo asistentes. «Los escalones están muy altos y no hay ninguna rampa que baje». Destacaban también que el problema no afecta únicamente a las personas en silla de ruedas, sino que para cualquier persona de la tercera edad «es complicado subir al tren sin ayuda».

El plan para sustituir estas locomotoras ya está en marcha. El pasado mes de octubre el nuevo modelo de tren 'Civia' realizó las pruebas correspondientes para comprobar su adaptación a las vías. Este tipo de locomotora cuenta con accesibilidad universal, aseos adaptados y no tendrá escaleras ni hueco respecto al andén. Sin embargo, el proceso de sustitución de la maquinaría actual es largo y se estima que podría tardar cerca de un año.