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LEIRE PÉREZ
Basauri
Viernes, 4 de noviembre 2022, 17:33
Hay historias que conmueven y en las que los protagonistas son los perros que buscan incansablemente a sus dueños después de sufrir una catástrofe o un hecho luctuoso. Este caso es al revés. Aitor Gil, un instructor de artes marciales de Zeberio, ha parado literalmente ... su vida para buscar a su mascota, un kangal turco que desapareció hace cuarenta días. «Daría mi vida por ella. No puedo hacer otra cosa. Estaba montando una escuela de artes marciales y he tenido que suspender el proyecto porque tengo que intentar recuperarla. He detenido toda mi vida por mi perra», explica emocionado a EL CORREO desde su caserío.
«No sé qué hacer, estoy desesperado», confiesa. De hecho, ya comienza a pagar las consecuencias del sufrimiento y de las noches en vela. «Estoy mal, me ha salido hasta un sarpullido», reconoce casi con lágrimas en los ojos.
Quienes tienen una mascota saben muy bien que su compañía se convierte en imprescindible, en un apoyo incondicional, por eso Gil se ha movilizado para encontrar a su perra 'Shira', que esta semana cumplió diez meses. El animal tiene el pelo rubio y el morro oscuro. De alrededor de 32 kilos, «podría estar embarazada», advierte su propietario. El estar en celo es seguramente la causa de su marcha. Se escapó de repente del caserío en el que vive junto a otros dos perros más. «Siempre ha estado aquí y andaba suelta, pero nunca le había dado por irse», reconoce el afectado.
A las pocas horas de darse cuenta de su ausencia, acudió a la Ertzaintza. Pero no fue el único lugar al que acudió en busca de ayuda. «He llamado a las policías locales de Basauri, Galdakao, Durango, Bilbao, de otros muchos municipios, a protectoras, perreras... Y nada», relata. Ha pegado un millar de carteles por toda Bizkaia e incluso ha organizado varias batidas en las que han participado amigos y familiares. «Hemos hecho grupos para recorrer varias zonas. Los primeros días eran amigos míos, pero cada vez se anima más gente que no conozco de nada y no sé cómo agradecerlo a la gente. Estoy muy emocionado porque la gente se ha volcado conmigo», señala.
Durante las últimas semanas se han sucedido las llamadas de personas que aseguran haber visto a su mascota. Ayer mismo le dijeron que la habían visto por el barrio de San Antonio de Etxebarri. «Me fui para allí en cuanto me avisaron. Estuve toda la mañana dando vueltas a ver si la encontraba, pero nada. Yo creo que ella sale por la noche porque es una perra muy miedosa. Cada vez que la llaman, como es mucha la gente que ya la conoce, echa a correr», lamenta.
Su temor es no volverla a ver, que ocurra un accidente en el que se vea involucrada. Lo peor sería un atropello, aunque reconoce que es un animal «muy listo e inteligente». Aunque en los carteles que se han colgado por la comarca señala que es una mastín, porque es más conocido, realmente es un 'kangal' turco. «Es una de las razas más antiguas que hay, hay registros de que hace 6.000 años ya existía y se considera la más fuerte del mundo», se convence.
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