La Pasión de Arkotxa ya tiene sus protagonistas

El mayor problema al que se enfrentan es el relevo generacional y encontrar participantes masculinos. «La historia es así. Hay más papeles de hombres y encima a nosotros siempre nos cuesta más salir», reconoce Sainz. De momento, los responsables de la asociación Gaztek-Abi, encargada de la organización, respiran tranquilos porque ya cuentan con un actor para interpretar a Jesucristo. Será Luis Alberto Castellano, un vecino del barrio de 39 años, el encargado de encarnar al Nazareno. Hace una década ya se encargó del papel protagonista, pero tenía una «espinita clavada» porque también era el elegido para el 2020 y no pudo salir por el confinamiento. En 2021 le ocurrió la mismo, en este caso tras decidir la organización suspender la representación por las restricciones. «Y el año pasado había otra persona que iba a interpretar el papel de Cristo y cuando al final le surgió un imprevisto, tuvo que asumir el cargo Aitor Sainz porque yo tenía el pelo corto», recuerda.

Ahora tiene claro que asume una gran responsabilidad al interpretar el papel. «No quiero que se pierda la tradición. Siempre he estado metido en ello, he hecho varios papeles y cuando me dijeron si quería volver a hacerlo, no lo dudé», afirma. De su primera vez portando la Cruz guarda una «experiencia bonita». «Aunque es un poco duro, al fin y al cabo sólo es un rato», señala este encofrador de profesión, que ya se ha dejado crecer el «pelo y la barba». Para él lo peor del camino que le queda por recorrer hasta Semana Santa es «adelgazar». «Me gustan demasiado los refrescos y los dulces. Es duro no comerlos, pero Jesús estaba flaco, así que hay que quitar un poco de tripa», asume. Para bajar unos «kilillos» y hacer algo de deporte ha comprado una bicicleta. «Parece que no, pero es un gran esfuerzo hacer dieta y quitarme de golpe la comida basura».

Complicidad entre ellos

Luis Alberto estará acompañado en el recorrido por su hermano, que le ayudará a subir la Cruz hasta Santa Bárbara, y de sus sobrinos, que formarán parte del pueblo. Y además contará con June Barcina, una compañera en Gaztek-Abi desde «hace veinte años», que le acompañará por las calles de Arkotxa en el papel de la Virgen María. «Tengo 29 años, así que seré de las más jóvenes de la Pasión Viviente. Al principio me costó un poco que me dieran el papel, pero al final convencí al director», explica a EL CORREO.

Barcina lleva «muchos años» vinculada a la representación, aunque en los últimos tiempos ha estado más involucrada con la organización que con la actuación en sí. «Quería volver. Tenía ganas porque he hecho todos los papeles de mujer y éste lo tenía pendiente. Me da miedo, pero es superemocionante. Me llevo bien con Luis Alberto, le conozco de toda la vida. Es muy importante la complicidad en la representación y además a nivel personal me voy a casar en 2023, así que será mi año», se congratula.

La carga emocional que conlleva y la importancia del papel imprime una mayor dificultad. «Pensaba que iba a ser más fácil, pero me está costando», apunta. A nivel físico no tendrá que asumir muchos cambios. «Me prepararé la representación, quiero transmitirlo lo mejor posible, bordarlo, así que estoy un poco nerviosa», reconoce.

Lo más importante para la organización de la Pasión Viviente es «seguir sumando años», que no suceda como en otras localidades como en Berango, por ejemplo, en las que se ha dejado de celebrar. «Con la pandemia paramos y fue muy importante retomarlo el año pasado. Fue maravilloso», reconocen.