
ASIER ANDUEZA
ORDUÑA.
Jueves, 21 de febrero 2019
Llamado a ser un viviero de empresas, motor económico y espacio en continua evolución, el Elkartegi de Orduña es, en estos momentos, casi un edificio fantasma. El gran y moderno bloque, ubicado en el polígono La Rondina, solo está ocupado por una empresa y de sus ocho módulos de oficinas, únicamente están ocupados cinco. Por sus pasillos y pabellones -17 en total- solo resuenan los pasos de los trabajadores e impulsores de una firma dedicada a los servicios forestales. En resto, está en desuso.
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El Ayuntamiento de la localidad ha pedido a la Diputación medidas para dinamizar este espacio, cuya construcción absorbió 4,5 millones de euros. El pasado 7 de febrero, la técnica del área de Promoción Económica, Leire Albizuri, el concejal del área, Luis Félix García y la alcaldesa, Idoia Aginako, se reunieron en la sede de Azpiegiturak, entidad que gestiona la venta de estos espacios empresariales, con responsables de la Sociedad Pública dependiente de la Diputación. «Mostramos nuestra preocupación por la casi nula ocupación del Elkartegi», confirman fuentes municipales.
El encuentro transcurrió en buena sintonía. «Nos manifestaron su disposición a atender cualquier petición para posibles promotores o personas interesadas en adquirir o alquilar alguno de los pabellones o locales de oficinas», aseguran desde el Consistorio orduñés. Los pabellones son diáfanos, con lo que admiten diferentes negocios y las oficinas están dotadas de modernas instalaciones. Con el intención de dinamizar el desaprovechado espacio, el equipo de gobierno mantiene su compromiso «de recibir, atender y trasladar a Azpiegiturak todas las consultas recibidas en el área municipal con el fin de impulsar el establecimiento en Orduña de pequeñas y medianas empresas».
Según cálculos municipales al año se registran 5 sociedades que muestran su interés por instalar su negocio en la ciudad. Sin embargo, el espacio languidece.
Xabier García ha mediado en la instalación de varias empresas en el municipio. Conocedor del tejido empresarial local y del de las poblaciones cercanas, critica que «en los últimos ocho años no se haya hecho apenas nada para atraer firmas y desde el Ayuntamiento no se ha movido ni un dedo para que este espacio se revitalice. Se ha dejado abandonado».
La situación es tal que «buen ejemplo de este abandono es que suelen pastar caballos en el recito». «Es algo que da muy mala imagen ante posibles compradores. Incluso desde la Diputación han pedido ayuda al Consistorio para retirarlos sin que se haya hecho nada para ello», lamenta. Además, García dice que ha mediado en la instalación de empresas, «pero ante la poca agilidad de las instituciones han terminado por irse a otro lado», denuncia.
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