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El paseo fluvial de Basauri que discurre por la margen del Nervión entre Soloarte y Mercabilbao está más cerca de reabrirse al público. Hace dos años, los dirigentes municipales decidieron cerrarlo por riesgo de desprendimiento del muro de contención. El problema no es nuevo. Ya ... en 2010 colapsó la parte más cercana al campo de fútbol y en 2019 ocurrió lo mismo en la franja más próxima al puente de Ariz, lo que obligó en ambos casos a reforzar su estructura. Las obras para rehabilitar el tramo que actualmente sigue cerrado al paso de viandantes, entre las instalaciones deportivas y el centro de distribución de alimentos, ya se han adjudicado y se espera que las labores se inicien a finales de este mes, según precisan fuentes municipales.
En enero de 2023, se colocaron varios testigos en el paseo para comprobar la estabilidad del muro y se confirmó el movimiento del mismo, sobre todo entre el campo de fútbol y la zona reconstruida en 2010. Un espacio que ocupa 170 metros del camino.
En la memoria elaborada para realizar la reparación de la infraestructura se explica que el motivo del hundimiento reside en la combinación de dos factores: un cálculo que no contempló el desfase entre los niveles de la cara exterior e interior del muro, que produce esfuerzos adicionales en situaciones de avenida; y la corrosión generalizada de la armadura, causante de la grieta en el pavimento.
El proyecto para reforzar la zona se ha ido retrasando desde que se anunciara el cierre de la parte afectada y la intención de reparar el muro. Cuando ya se había elaborado una propuesta para arreglarlo, un cambio en la normativa del plan estatal hidrográfico forzó a los responsables municipales a elaborar una nueva. El texto establece que en las instalaciones ya existentes «no se pueden realizar obras que excedan de una reparación puntual».
La Agencia Vasca del Agua –URA– determinó que no podía otorgar al Ayuntamiento el permiso para reconstruir la infraestructura y resolvió que se debían acometer las obras necesarias para construir un muro nuevo en escollera que termine con los problemas de estabilidad. Tras elaborar un proyecto que cumpla con el reglamento, se han adjudicado las obras.
La solución por la que se optará será una opción hidráulica más blanda dado que se pasa de un muro de hormigón armado a un muro de escollera de menor impacto visual, y continuando la estética que se empleó en anteriores reconstrucciones. Una vez terminadas las obras, se instalará mobiliario urbano en consonancia con el ya existente en el resto del paseo, como una barandilla y papeleras. También se plantarán dos ejemplares de sauce llorón, un fresno y un abedul.
El plazo de ejecución de las labores será de diez meses, por lo que podrían estar terminadas antes de que acabe el año. Durante este tiempo, el paseo continuará cerrado al público para preservar la seguridad en la zona. Se reservará una partida de cerca de dos millones de euros para realizar la actuación.
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